El homúnculo de Penfield

No hay nada como empezar el día con una dulce loca esquiadora de mechas californianas (ex-Matrix total para más señas) que destroza con sus manitas todos mis nudos y marañas, sin perder ni un segundo su sonrisa linda. Pa´berme matao. Qué daño. 

¿Qué más puedo pedir después? ¿Un gélido aire que corta el cutis? ¿Un frío día que congela mis pies, mis manos y mis orejas? La chicas parecemos pollitos saliendo del nido. Fíjate. Las cabezas asoman de bufandas gigantes enrolladas al cuello cual soga bien prieta de lanas multicolores. Sólo se ve la punta de la nariz y los ojos. A veces, la punta de la nariz tampoco se ve. Sólo se intuye. (En mi caso, se intuye más que en otros casos. Claro. Cuestión de personalidad.) Bueno, pero no era éste el tema. Escribía yo sobre mi bella torturadora, sí. Nuestra relación no tiene nombre (me maltrata y yo sigo acudiendo, exigencias del guión) y no la describo aquí (la relación) porque llevaría a desengaños que no merecen. 

Hoy, para darle más emoción a la cosa, me ha presentado a un hombre: El homúnculo de Penfield. Todo sensibilidad. 

Un beso de cables, peces y montañas. mjo

Nota: A X. le ha encantado, sobre todo el nombre. 

Paranoias compartidas

No hay nada como preocuparse en exceso y que tú, compañero en lo bueno y el lo malo, te preocupes igual, o más que yo. Quiero dejar aquí constancia de nuestra natural manera de hacer de un garbanzo una camioneta o de una pequeña piedra un volcán caliente, en lo más alto de una gran montaña. Vaya viaje ¿verdad amigo? Largo, largo, con cien llamadas y mil mensajes. Con dudas, miedos y alguna que otra paranoia compartida. Somos la pera. Habrá que revisar un par de temas para que no nos pillen otra vez de sorpresa, a traición y con las defensas bien bajas. Qué no se diga, a estas alturas. 

A tu vuelta me esperan montones de horas de trabajo retrasado, un estudio sin arreglar aún y una agenda llena de citas para las cuales no tengo respuestas. Espero que se me aparezca pronto la musa de la inspiración  y 17 apóstoles para repartir tareas, o esta vez (no hay salvación) la lío. Y es que ya sabes, se me para el mundo si lo más importante necesita de mí toda entera. Un desastre.

Un beso de agua. mjo

Pienso ... luego estorbo (me temo)

Siempre denunció la inculta, la desigualdad y la mala política. Con personalidad y sin descanso mantuvo siempre un estilo único e irrepetible. Seguramente se habrá llevado sus cosas para seguir dibujando, allá donde haya ido. 

Un beso en blanco y negro. mjo 

Taller de Escritura Creativa

Otra buena idea para desarrollar esa capacidad que llevas dentro y que no te atreves a sacar. Ahora ya no hay excusa, si te gusta escribir y quieres aprender y lo de formar parte de un grupo creativo te parece más que atractivo...la Biblioteca del Zelaieta te ofrece la oportunidad de participar (durante marzo y abril) en el Taller de Escritura Creativa que dinamiza Ana Belén Alonso.

Si quieres más información, entra en la web www.ametx.net o pásate por la Biblioteca y ahí atenderán todas tus dudas. 

Un beso de lápiz o pluma. mjo

Estreno libro

"-¿Le gusta la ópera?

-Me gustaría que me gustase. - respondió ella con sinceridad.

Pensaba que le seduciría más mostrándose un poco insuficiente, aunque ambiciosa, porque eso colocaba al pasajero en una situación de superioridad que volvía locos a los hombres. La escena fantástica había alcanzado ya una calidad de real extraordinaria cuando cesó la música y Lucía volvió de golpe a su cuarto de baño."

Juan José Millás. Que nadie duerma

Llegó ayer a la Biblioteca. Soy la primera en pasar sus páginas y leer sus letras. Estreno libro con la misma alegría que otras personas estrenan vestido. O más. 

Un beso de plumas. mjo 

Nota: Nessum dorma, sí, de Giacomo Puccini. Turandot.