miércoles, 27 de julio de 2011

Lo tengo que decir.

Ayer, en la tamborrada de Amorebieta tres fusileras "de honor". La lianta, la que se apunta a todo y la que antes muerta que quietita. Estaban más guapas que guapas, con sus bigotes y sus sombreros. Y muy serias. Muy serias. El hábito no hace al monje, pero ellas con sus fusiles imponían mucho respeto. Bravo, bravo, gritaba yo desde las primeras filas del público expectante en las aceras. Capullita, pero sin diminutivo, me dijo entre dientes la lectora rubia sin gafas. No se salió de la fila a darme un kokoteko de churro. Ay, lo siento. Me encanta veros así. Contentas.

Un beso a las tres (os faltaba una mosquetera y D´Artagnan) y hoy, si os veo, me contáis el final de la batalla. Yo me fui a dormir antes del apoteósico final.
Disfrutad de Santanatxu, que es hoy.
mjo.

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