La historia de Enaiatollah Akbari.
"Por la mañana, cuando me desperté, estiré los brazos para que el sueño saliera de mi cuerpo y palpé a la derecha para buscar confianza en el cuerpo de mamá, en el olor reconfortante de su piel, que para mí era como decir: despierta, levántate, etcétera. Pero bajo la palma no encontré nada y, entre los dedos, sólo la colcha de algodón blanco. Tiré de ella. Me volví, con los ojos de par en par. Me apoyé en los codos y llamé: Mamá."
Mi intención era que todas las entradas de este mes estuvieran relacionadas con el cine y la literatura, pero ... un libro, recomendado por Leire, se ha cruzado en mi camino.
En el mar hay cocodrilos de Fabio Geda. (Tal vez lo hagan película. ¿Imaginas?)
Un beso grande para las dos Leire-s del rincón. A una por venir siempre y a la otra porque ya no puede venir. (Te echaremos de menos)
Y otro beso. A todas las criaturas que se cuelan en las camas de sus amas y sus aitas. mjo
"Por la mañana, cuando me desperté, estiré los brazos para que el sueño saliera de mi cuerpo y palpé a la derecha para buscar confianza en el cuerpo de mamá, en el olor reconfortante de su piel, que para mí era como decir: despierta, levántate, etcétera. Pero bajo la palma no encontré nada y, entre los dedos, sólo la colcha de algodón blanco. Tiré de ella. Me volví, con los ojos de par en par. Me apoyé en los codos y llamé: Mamá."
Mi intención era que todas las entradas de este mes estuvieran relacionadas con el cine y la literatura, pero ... un libro, recomendado por Leire, se ha cruzado en mi camino.
En el mar hay cocodrilos de Fabio Geda. (Tal vez lo hagan película. ¿Imaginas?)
Un beso grande para las dos Leire-s del rincón. A una por venir siempre y a la otra porque ya no puede venir. (Te echaremos de menos)
Y otro beso. A todas las criaturas que se cuelan en las camas de sus amas y sus aitas. mjo
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