"A pesar de que nunca volveríamos a caminar de la mano como marido y mujer, fantaseé con la idea de ser su compañero en el camino de la vida y darle consuelo en la mañana y en la noche. Yo buscaría la leña con la que ella coninaría; recogería nueces que ella pelaría. Podríamos trabajar juntos, yo en el porche y ella en el interior. Entre charlas y risas. Juntos en el río, ella desnuda a mi lado. Su aliento sobre mi espalda, arrullado por la fragancia cálida y delicada de sus pétalos. Si hubiera sido así, ¡con mucho gusto habría renunciado a mi vida religiosa!"
El santo del monte Koya y otros relatos. Izumi Kyoka.
Satori. Maestros de la Literatura Japonesa.
Un beso. mjo
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