Hoy toca. Todo llega. Esta tarde (antes no puedo) hay que volver a guardar lo que un mes atrás sacamos de esas cajas que huelen a navidad. Velitas, bolitas, y demás accesorios tales como unos papa noeles diminutos subiendo ... o bajando (nunca se sabe) por una escalera hecha con unos palos y unas cuerdas. Muy entrañable todo.
Hasta ahora era yo quien eliminaba las pruebas de estos días festivos en cuanto llegaba el primer día de escuela. Ha llegado el momento de compartir no sólo la colocación, sino también la descolocación. (Esto seguro que le hace gracia a mi amiga R. Un beso guapa.) Que las cosas no aparecen y desaparecen por arte de magia. Aunque a veces lo parezca. Imagínate, sales de casa y todo esta como lo has dejado, árbol decorado, piñas y acebos (artificiales claro, que ya se sabe que están protegidos) regalos, juguetes, manteles, polvorones, ... y cuando vuelves a casa .... sorpresa ... todo ha desaparecido y ya sólo queda esperar a las próximas vacaciones. ¡Viva la vida, qué linda es!.
Ah no, este año toca tomar conciencia de que las cosas empiezan y acaban. Este año toca recoger la navidad entre todas las personas que viven en esta casa, y no llamo a las visitas que hemos tenido a que echen una mano ... por los pelos, y porque también tendrán que recoger lo suyo. (Ahora que lo pienso, menos mal que no ponemos el portal.)
Bueno, te dejo, si quieres venir, aquí estaremos, un beso grande. mjo
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