Llovió, llovió y llovió, pero ... fue un día estupendo (por no decir maravilloso, que queda más cursi) 8:30 (tempranito y puntuales) salimos hacia el Valle del Baztán.
De lejos ya se veía que J., el chofer de Olea, no podía ser más majo. Buen conductor, amable persona, divertido y responsable. Nos llevó y nos trajo a ritmo de Pello Ramirez, (sin prisas) bajo una lluvia, a veces bucólica, a veces torrencial. El sol, no lo vimos, pero frío no pasamos. Nuestro guía del autobús, nuestro querido S. nos iba contando cosillas de esa verde región: que si la casa torre de Arrayoz, que si el rio Bidasoa se convierte a su paso por el valle en rio Baztán (nombre de este conjunto de lugares, barrios y caseríos) que si el contrabando, ...
Ya a la llegada a Arizkun (unas dos horas de viaje) paseo con paraguas, un caldo caliente, el bizcocho de G. para celebrar su cumpleaños y el mejor guía baztanes de la zona que pudiéramos imaginar. Nos tuvo pendientes de su voz (qué acento tan bonito) y sus explicaciones, sin pestañear, hasta la hora comer. Llegamos tarde, la comida fue muy buena, la sobre mesa imposible porque nos esperaban y el recorrido por Elizondo y el turismo literario lleno de bromas, sugerencias a la chica guía y más lluvia. Chocolate con avellanas, txantxangorria y muchas fotografías en la preciosa pastelería fundada en el siglo pasado, Malkorra. Y a las 7:30, vuelta a casa.
De lejos ya se veía que J., el chofer de Olea, no podía ser más majo. Buen conductor, amable persona, divertido y responsable. Nos llevó y nos trajo a ritmo de Pello Ramirez, (sin prisas) bajo una lluvia, a veces bucólica, a veces torrencial. El sol, no lo vimos, pero frío no pasamos. Nuestro guía del autobús, nuestro querido S. nos iba contando cosillas de esa verde región: que si la casa torre de Arrayoz, que si el rio Bidasoa se convierte a su paso por el valle en rio Baztán (nombre de este conjunto de lugares, barrios y caseríos) que si el contrabando, ...
Ya a la llegada a Arizkun (unas dos horas de viaje) paseo con paraguas, un caldo caliente, el bizcocho de G. para celebrar su cumpleaños y el mejor guía baztanes de la zona que pudiéramos imaginar. Nos tuvo pendientes de su voz (qué acento tan bonito) y sus explicaciones, sin pestañear, hasta la hora comer. Llegamos tarde, la comida fue muy buena, la sobre mesa imposible porque nos esperaban y el recorrido por Elizondo y el turismo literario lleno de bromas, sugerencias a la chica guía y más lluvia. Chocolate con avellanas, txantxangorria y muchas fotografías en la preciosa pastelería fundada en el siglo pasado, Malkorra. Y a las 7:30, vuelta a casa.
Todo lo que vimos, todo lo que escuchamos y todo lo que nos gustó este día no me cabe en este blog, si quieres, la próxima vez, te vienes. Y si quieres, este jueves te vienes a las 7 al Zelaieta, y te contamos las anécdotas. Hubo unas cuantas.
Un beso con recuerdo a sabor de pan mojado en caldo de cabra vieja y un poco de picante. mjo
Nota: Amaiur nos encantó. El hijo de G. nos tiene que contar muchas cosas de su trabajo allí.
Nota: Amaiur nos encantó. El hijo de G. nos tiene que contar muchas cosas de su trabajo allí.
Urrakin egina. uuuummmmm.
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