martes, 17 de diciembre de 2013

Erase una vez ...


... una chica (mujer, señora, eso no importa) de sonrisa fácil y caminar seguro. Loca por ayudar y compartir cariño, su cabeza andaba siempre imaginando proyectos e inventando fantasías. No era demasiado valiente, ni demasiado constante, y no era nada, pero nada, puntual. Sólo cuando ya no quedaba otro remedio, se ponía en firme con algo. Posponía, siempre posponía, pero sin mala intención. Era como que la vida debía marcar su propio ritmo y sus propias sorpresas. Y ella se dejaba llevar. Siempre hacía lo contrario de lo que debía hacer. Si tocaba leer, escribía. Si tocaba estudiar, cocinaba, si tocaba limpiar, paseaba, si tocaba descansar, trabajaba. Y así siempre. Pero esa chica (mujer, señora, ..) un día se tropezó con su cabeza y todos los proyectos cayeron. Y la caída no fue suave, fue tremenda, como ella misma, alimentada de romanticismo e ideas difíciles de explicar. Y ahí está aún, lamentándose por su mala cabeza y su loco corazón. Esperando que alguien le diga que todo fue un error, o una broma o un mal sueño. Esperando que vuelva la sonrisa y el caminar seguro, el cariño y (sobre todo) la ilusión. 

Un beso a todas las personas que tienen que esperar, de vez en cuando, o para siempre. mjo

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