Hoy ha sido un día estupendo. Divertido, tranquilo, soleado. Y muy dulce. Chocolates, pasteles, tostadas. Y he visto o escuchado (o leído) a muchas de las personas que más me importan. Estupendo. Ha sido un buen día. La pena es que se acaba. Y mañana ya nada será lo mismo. Ya no será mi cumpleaños. No importa. Me quedan algunos regalos que me recordarán este día. Entre todos, hay uno especial. Me ha llegado al corazón. Ni siquiera me lo ha dado envuelto. Venía en una bolsa de plástico blanca con letras azules y ocres. Es una bufanda. Una bufanda traída de Edimburgo. Azul marina y verde. Suave. Preciosa. (Gracias M.L., la cuidaré mucho) Cada vez que la lleve, me acordaré del día en que cumplí los 44. Me acordaré de un día dulce y soleado.
Un beso de buenas noches. mjo
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