"Sonia pensaba sencillamente: "Es un hombre que me gusta". No hacía falta saber más. Nuestros gustos son tonterías. Jean-Jacques tenía una cara increíblemente de hombre casado; parecía incluso que hubiese nacido casado. No era que hablase de su mujer o de su hija como esos hombres ridículos, convencidos de que el privilegio de la plenitud familiar excita a las chicas deprimidas. Lo que a ella le gustaba, quizás, era esa forma que tenía de mirarla. Con un respeto fascinado. A él, le bastaban sus paseos fugitivos. Era un período de espera, y hubiese podido durar mucho. El deseo entre dos personas, cuando es tan intenso, puede conducir a una extraña disminución de la excitación. Aplastados por la pasión, los amantes potenciales se convierten fácilmente en sombras del amor."
En caso de felicidad. David Foenkinos
Un beso perdido. mjo
Foenkinos.....o se te ha atragantado o lo estás leyendo varias veces seguidas.
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Besitos.