Ayer fue el cumpleaños de una señora muy grande. Una señora elegante, generosa, divertida, buena amiga, buena oyente, inquieta, curiosa, muy amable, dulce, suave, discreta, tolerante, sensata, y coqueta, muy coqueta. (Además de lectora apasionada.) Ella viene todos los jueves al rincón, y nos da cada tarde de sofá, una lección magistral de saber estar. Yo me muero de envidia (y no soy la única) de ese saber no perder nunca las formas. El jueves vendrá (seguro) con una cajita de pastas de Ayarza y nos contará qué ha hecho para celebrar su nueva edad. Y como cuando ella habla todas las demás debemos callar, oiremos con su sencillez habitual que comió con la familia y poco más. (Y poco menos.)
Te queremos mucho M.L. y creo que tú ya lo sabes. En el sofá o en el rato de después, tú siempre sabes hacer que a tu lado nos sintamos tan a gusto como en nuestro propio hogar.
Un beso por cada año que cumples y que cumplas muchos más. (Una admiradora) mjo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario