jueves, 29 de diciembre de 2016

Espido Freire


Que el mundo es un pañuelo ya lo sabemos (no lo voy a repetir) y que me encanta que lo sea, es tan cierto como que el tiempo pasa.

Una persona a la que aprecio mucho y sinceramente (aunque la conozca poco) esté relacionada con otra persona a la que aprecio mucho también y también sinceramente (y a la que conozco desde hace algo más de tiempo), y me gusta pensar que se conocen. Seguro que se ayudan mutuamente. Ella, la primera persona, tiene ahora entre sus manos un libro de María Laura, sí, Espido Freire, Quería volar

Ayer hubo Rebotika. Esto es: muérdago, bombones y polvorones, una visita casual y divertida, una pequeña cabeza de marieta (regalo de Urrike, lecturas, sugerencias, teorías (éstas de M., claro) sobre la formación de las parejas, curiosidades, alguna que otra confesión y muchas ganas de charla. Lo pasamos bien. Como siempre. Nos faltaron algunas amigas, es la vida. No se puede estar en todas partes. Y la vuelta a casa fue emotiva. Era la última cita del año. Bueno, algo de Eminem siempre viene bien en estos casos. No pasa nada. 

Un beso a las chicas de la planta alta de la librería más bonita del planeta. mjo

Nota: Planeta va a ser nuestra amiga M. en cuanto la chica del Padel haga viral su nombre.

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