lunes, 26 de diciembre de 2016

Last christmas


Ayer mismo la estuve cantando. No falla. Todos los años acude a mi memoria entre el Oh, blanca Navidad y Adeste fideles. ¿Qué teníamos? ¿15? ¿16 años? Como dignas adolescentes que eramos, estábamos totalmente coladas por este griego guapo, que cantaba canciones que no entendíamos pero que nos hacían suspirar. (Bueno, yo no las entendía. El resto igual sí.) Y el vídeo (que ahora veo con otros ojos, claro) se nos antojaba lo más romántico del mundo entero. Todas queríamos tener un chico así, mirándonos enamorado durante una cena en una cabaña perdida, en medio de una montaña, cubierta de nieve. Amor a escondidas. Un chico sufriendo de amor por una chica que en las pasadas navidades fue su novia. Lo más de lo más. Nos derretíamos. Y tenemos que reconocerlo, esa sensación persiste. Nos sigue cautivando. No cambiamos.

Adiós, chico de gafas oscuras y mirada de malote. Digan lo que digan, nosotras nos quedamos sólo con tus canciones y con tus bailes. Los chismorreos, para los que se aburren.

Un beso con pelo a capas y cinturones por fuera. mjo

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