... es lo que llevo yo en lo que va de año. La voz, la respiración, algo falla. Y la cabeza embotada por la falta de oxigenación. Tengo que mirármelo pronto. Tengo citas importantes en esta vida y no es cuestión de ir siempre con el pañuelo moquero.
Congestiona también tanta conversación sobre dinero. Dice, digo, Diego. Perdemos tanto tiempo manifestando posiciones que no nos queda tiempo para lo primero. Para lo importante. Para eso.
Y congestiona, es cierto, la manía de cierta persona que yo conozco, por tocarme (una y otra vez) la vena que provoca a la serpiente que llevo dentro. Pero no lo consigue, ni lo conseguirá. He aprendido en estos últimos años a callar cuando conviene y a disimular cuando no queda más suerte. Y me va bien. No me quiero quejar. Aunque tal vez sea ése el motivo de tanta garganta irritada. Habrá que ver.
Un beso de eucalyptus globulus. mjo
Nota: No, no es esa persona. Es otra.
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