No pudo salir mejor. El tiempo amaneció luminoso, cálido y soleado. La cita, unas antes otras más tarde, a medio día, para dar una vueltas antes de la comida. Fotos con palo, risas, más fotos, algún vídeo en el escaparate, charlas amenas, felicitaciones, ... Y a comer. Bromas, risas, conversaciones locas, piropos a la comida, al lugar, a la compañía,... Y corriendo, casi sin terminar el té, café o lo que fuera, ... al barco volando. Qué no llegamos, decían. Llegamos, claro, y sobró tiempo para descubrir el regalo de la cuadrilla. Y arriba, que levan anclas (una aceituna rellena para evitar el mareo) Empezó el BilboBoats a navegar y nosotras a bailar, todo uno. Y más risas. A la vuelta un poco de Ledesma (lo justo para saludar a un viejo y querido amigo) y a bailar un poco más a un lugar oscuro y con humo a chorro donde servía las copas el alumno de una de la cuadrilla. De ahí al autobús. Demasiado rápido tal vez, muchas curvas y otra vez ..risas y más risas. Una tarjeta de tren que va de mano en mano. Una despedida en la estación. Algo para cenar antes de ir a dormir. Y...
Lo pasamos genial, pipa, bárbaro. Como para repetir.
Un beso de bolígrafos que te hacen reír. mjo
Nota: De las lágrimas por la emoción no he dicho nada. Eso se queda entre nosotras ¿no?
¡Muaaaaaaaaac! Todo lo sonoro que puede ser
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