lunes, 16 de octubre de 2017

Un lunes


Hay momentos que quedan para siempre en el recuerdo. No hay fotos, nada de mensajes, como mucho... este texto. 

Hoy la tarde prometía sorpresas. Demasiados días cada cual por su lado (demasiados viajes, demasiado largos)...pues sí, tocaba por fin recompensa. En ropa de gimnasia él, el otro con la merienda preparada, yo con las manchas de dar la clase y a la furgoneta (por cierto, le van mal las puertas traseras. Serán los años) Hace bonita tarde,... ¡a la playa! Paseo, palos, cangrejos, poca gente, mucha arena. (Curioso: casi nadie hablaba nuestro idioma. Todo el mundo del extranjero.) Entre las rocas, todos los capturados llevaban luego nombre de soldado romano. Uno, por desgracia, ha sufrido un terrible infarto. Mi favorito: Cojus, que se ha escapado alegremente, después de un rato largo haciéndose pasar por muerto. Vil tramposo crustáceo decápodo.

Tras la contienda, los resbalones y los pinchazos, escapada hacia otra playa en busca de un cena informal y rica. El Biskaine es acierto seguro. Entre risas, historias y copas llenas, voy viendo como al del chandal se le cierran los ojillos, al de las patillas se le escapa la risa y a mí, que soy agradecida por naturaleza, se me cae la baba viendo, con orgullo, como esta familia no necesita demasiado para ser feliz en cualquier lugar del mundo y cualquier día de la semana.

Un beso de faro en la costa. mjo

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