Ayer fue sin duda un día revuelto. Muchas cosas. Muchas emociones.
Empezó el día con las vacaciones escolares, continuaba con el último día del rincón, la visita de una escritora local y la cena de fin de curso. Aún hubo tiempo para algo más.
Ayer, de nuevo, nos reuníamos en la fuente de Urgozo para manifestar nuestra rabia ante tanta injusticia. Queremos vivir con unos derechos y queremos que las leyes nos defiendan cuando alguien nos hiere.
Con esta sentencia que libera la crueldad y el salvajismo más ruin y despiadado, con este perdón ante una barbarie asquerosa (porque todas las violaciones los son) ¿qué podemos esperar ahora? ¿qué vendrá después? ¿quién denunciará una agresión si después el machismo y la ceguera nos convertirá en culpables absolutas y dará golpecitos en la espalda a los culpables de nuestra desgracia? Desprecio la justicia que se rige con un rasero tan ilógico como peligroso. ¿La quema en la hoguera vendrá después? ¿Todas seremos una brujas de nuevo? ¿Volverá el derecho de pernada y los chicos podrán levantarnos las faldas sin poder nosotras responder con una bofetada?
No he visto vídeos ni fotografías, no he oído muchos testimonios, no quiero saber cómo les van a recibir en su barrio al volver a casa, sólo con la noticia pelada ya sufre una bastante. Y pronto llegarán otras fiestas y otras noches y sus peligros. Y saber que andan sueltos tipos enfermos que no respetan a las mujeres, a las chicas, a las niñas, nos quitará el sueño y la paz. Y la rabia hará que deseemos una justicia casera, de esas que las super-heroínas ofrecen en las pantallas. Y pediremos una justicia divina, porque la humana, ...está podrida.
Un beso herido. mjo
Clap, Clap, Clap. ni yo misma podrái expresar tan bien lo que pienso. Comparto totalmente lo que has escrito.
ResponderEliminarGracias Mjo
Un abrazo,
Fátima