Paren todos los relojes, que no se mueva el aire que respiras, que la noche suavice los sonidos de la calle y silencie los de la estancia. Paren las campanas, los minutos, las gaviotas. Que no se oiga la brisa, ni el eco, ni la voz de la vecina. Que la música descanse, que los diarios muden titulares, que se apaguen todas las risas, los cantos, los llantos. Paren los trenes, los buques, las estrellas fugaces. Que no se escuchen los truenos de una tormenta pasada ni los golpes de futuras batallas. Que no se muevan ventanas, ni cortinas, ni alcobas, ni sombras. Que paren los pensamientos y los susurros, que la vida calle, que solo se sienta el silencio.
Que paren todos los relojes. Estoy leyendo. Y me gusta el libro.
Un beso nocturno. mjo
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