Hay días curiosos. Días en los que haces cosas que no haces normalmente, o días en los que te encuentras en situaciones diferentes a lo cotidiano. Hay días en los que no pareces tú misma, y nada a tu alrededor parece tampoco lo mismo. Hoy, he pintado un pito gigante. Hoy, he comido rodeada de camioneros. Hoy, he paseado mi palmito metida en un buzo de carrocero gris lleno de manchas grises. Hoy, claro, he tenido la sensación de que nada era como en otras ocasiones y sin embargo, era lo mismo que otras veces. Cosas que pasan.
Y en realidad, la cosa rara soy yo, ... da igual el contexto o la situación. Lo mismo voy de princesa al restaurante de mis sueños, con cajitas de colores bajo el brazo, que me ves tirada en el suelo entre pinturas y disolventes fuertes, rascándome la nariz con el meñique porque es el único dedo que permanece limpio (después de haber comprado una caja de guantes para intolerantes al látex). Y aún me queda presentarme ante el carpintero y decirle bien claro: te necesito, jefe. Sin ti no soy nadie. Al herrero le doy puente. Demasiado riesgo. Y suma y sigue.
Mi vida no es muy normal, lo sé.
Un beso de sueño y cansancio. mjo
Nota: Es cierto, hoy he pintado un pito gigante.
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