"Barcelona era por entonces villa y fortaleza mecida en el regazo de un anfiteatro de montañas sembradas de bandoleros que se ocultaba a espaldas de un mar color vino calado de luz y de piratas. A sus puertas se colgaba a ladrones y villanos para ahuyentar la codicia por lo ajeno, y entre sus murallas, que amenazaban con reventar, se batían comerciantes, sabios, cortesanos e hidalgos de toda condición y vasallaje al servicio de un laberinto de conjuras, dineros y alquimias cuya fama alcanzaba los horizontes y anhelos del mundo conocido y soñado. Se decía que allí habían derramado su sangre reyes y santos, que las palabras y el saber encontraban cobijo y que con una moneda en las manos y una mentira en los labios cualquier aventurero podría besar la gloria, acostarse con la muerte y amanecer bendito entre atalayas y catedrales para hacer nombre y fortuna."
Pág. 95 del libro La ciudad de vapor, de Carlos Ruiz Zafón.
Se acerca, sigiloso, nuestro segundo jueves compartido.
Un beso. Nos vemos. mjo
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