Traigo la cabeza llena de sol y queso manchego. Enamorada de una Granada bulliciosa de vida, té y calles de piedra. Cornetas, tronos y pasos. La emoción que se sale por las costuras de mis prendas. Belleza, juventud, osadía. Mi joven hijo acaricia a Nela como si fuera de su pertenencia. Y Nela se acerca a él como si no hubiera nadie más en la tierra. Benditas vacaciones que nos regalan imágenes, sonidos y alegrías. En Málaga, personas amigas que comparten su casa, su vino, sus bromas. Cartas que desvelan secretos y paseos que no llevan a ninguna parte. Qué bonita está la tierra en primavera, con el verde de los olivos, el mar al fondo, el aire limpio. Quisiera volver, y librarme de esta lluvia que no quiere parar en días. Quisiera despertar con esos locos pájaros que me decían: corre, corre, que ya empieza otra vez la vida. Y saborear la noche sin prisa, mirando una luna enorme y brillante. Y las siestas al aire, sintiendo no poder abrir los ojos de puro gusto. Anestesiada por la brisa y el calor suave de abril.
Lindas vacaciones en las que el cariño te protege y la sonrisa de los chicos te recuerda que todo va bien, a pesar de todo.
Un beso de aceite. mjo
Qué bonita descripciòn de Màlaga!!!
ResponderEliminarY qué bien tienen que saber esos besos de aceite!!!
Si el aceite es rico, los besos ... imagínate.
ResponderEliminarUmmmm!!! Pues ricos y sabrosones!!!
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