Maravillosos esos días en los que empiezas tomándote un té a destiempo en Ledesma y acabas comiendo tortilla en el bar de tu pueblo. Y si además hace sol y buen tiempo, ni te cuento.
El sábado se alinearon los planetas para convertirse en un día de risas. Una con tacones, otra en zapatillas, blusas, vestidos, vaqueros, ... y no podían faltar las fotos. Montones de fotos. Sin ellas, se borran recuerdos.
Pasaron las horas poniéndonos al día. Todos los temas salieron. Fue divertida la cosa. ¡Cuánto tiempo! -pensaba yo. Cuánto tiempo.
Un beso del tamaño del balón de baloncesto. mjo
Nota: Sigo pensando que no parecemos tan mayores.
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