domingo, 26 de febrero de 2023

Viernes

 

Fue fácil dejarse llevar. El cuerpo pedía fiesta desde temprano. Iba marcando el ritmo, como un metrónomo travieso. Como un susurro sin partitura. Como un latido. Llegó la noche. La música hizo el resto. 

A veces se alinean los planetas y lo que parece un día normal se convierte en una bonita juerga. Primero fue la trompeta (maravillosa trompeta producto de la constancia y la gracia propia del que la toca) después, la fiesta en nuestro Sukoi del alma, que es como un MacLaren´s de Cómo conocía a vuestra madre, o un Centrar Perk de Friends, o un Cheers, ... pero en este pueblo nuestro.

Cantamos, bailamos y nos reímos hasta el final ¿o no es verdad? Más noches así, por favor.

Un beso a las chicas del rincón que estaban allí. mjo

Nota: A las que no estaban allí, se lo contaremos.

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