Pasan los años. Ocho. Treinta y algo. Muchos. Raudos. Veloces. Nosotras vamos despacio. Con calma. Como un buen vino, saboreamos nuestra amistad sin prisa. Sin fotos. A la antigua usanza. Quedando para charlar. Para tomar algo. Para cenar.
Esta última cita ha sido para recordar. Tan memorable como perfecta. Tan bonita como sincera. Tan sencilla ... como nosotras.
Que bonita la charla, que lindo el lugar y que rico estaba todo, por favor. Sobre todo la vieira. Y la alcachofa. Y, todo, todo.
Y no puedo hablar de él. Tan encantador. Tan de negro. Tan casi checo.
No hubo café. Ni copas. Era tarde. No importa. Donde esté una buena conversación, y un paseo bajo un cielo sin lluvia, sobra el resto de las cosas.
La próxima será con trinas, en la furgoneta, y con música de ABBA en un Jbl en miniatura. Espera y verás.
Un beso a las estilosas más estilosas que hay en mi vida. mjo
Nota: Bienvenidas al extraordinario mundo de la mujer caballo ... y algo de azul también decía.
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