Su marcha te habrá apenado. Lo sé. Muchas veces te escuché hablar sobre él. De su voz, sus manos. Hombre de una enorme ternura. De unas palabras bellas. Y de una sabiduría serena.
Amar es también saber irse, dijo, y amar es también dejar marchar.
Lo bueno es que las obras quedan para siempre. Y no se van.
Disfruta de su recuerdo y de sus textos. Fue generoso y dicen que pronto saldrá algo de lo que en su convento siguió escribiendo. Sería bonito.
Un beso de bastón como artículo de buen gusto. mjo
Nota: Sí, por supuesto. Antonio Gala
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