sábado, 17 de junio de 2023

Costa

 

De Laga a Laida (y de Laida a Laga) hay un camino que nos encanta hacer. Con vistas al mar, a la Gaviota, y a la costa de Mundaka con su cielo azul y el horizonte lejos. Hoy sonaban los truenos y yo me empeñaba en seguir. Están lejos, decía. Muy lejos. Antes de llegar a la casa blanca con adventicias, justo frente del Paraíso de nuestra amiga M.A. han empezado a caer unas gotas tamaño melocotón. Irremediable la vuelta. Imposible seguir. Empapada la ropa, las zapatillas, el pelo y la cara, chorreando agua y entre risas, hemos llegado a refugio. Un vaso de leche caliente y una palmera de chocolate mientras veíamos como subía la marea y dejaba varadas las embarcaciones despistadas. Bañistas en la zona de barcas. Una nadadora que entraba en la casita negra con ventanas blancas llenas de flores rojas. Ya sabes, esa casa, la bonita.

Hay días en los que todo sale al revés de lo planeado. Y disfrutar de ello, es una cuestión de cariño por la vida, que a veces te da sol, y a veces te da lluvia. 

Un beso a los momentos que no se olvidan. mjo

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