Curiosamente, mis primeros recuerdos son de diferenciación. Una especie de sospecha de que si yo no exploraba la realidad en su aspecto de lenguaje, en su aspecto semántico, la realidad no era completa para mí, no era satisfactoria. E incluso entré en una etapa —a los ocho o nueve años— que podría haber sido peligrosa y desembocado en la locura: las palabras empezaban a valer tanto o más que las cosas mismas.(La fascinación de las palabras. Conversaciones con Julio Cortázar, Omar Prego)
Ahora que Kundera se ha ido, estos dos escritores (Milan y Julio) podrán conversar largo con palabras inventadas. Francisco Ibáñez podrá seguir dibujando, pero sin lápiz ni papel. Y Jane Birkin les observará divertida y elegante, cantando su inolvidable Je t´aime... moi non plus, o cualquier otra canción, pero sobre todo Je t´aime... moi non plus.
Un beso a mi amiga estilosa. ¡Nos vemos pronto! mjo
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