Como geishas en una cacharrería eramos las tres ayer entre la multitud de un jueves que anunciaba viernes. Y viernes de lotería. Que es más viernes. El ruido y la voces aplastaban nuestras palabras. No hay lugares con calma donde hablar sea un acto suave y no una batalla de timbres y volumen. La próxima será en mi casa. Prometo tener bombones y merienda. No es necesario vestir de etiqueta.
Un beso a las chicas del trimestre. mjo
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