No he sacado hoy la cámara. Esta lluvia pulverizada que nos persigue desde hace varios días no seduce a la fotografía. Sigo deseando un implante en el ojo. Con obturador y diafragma. Para inmortalizar esos gestos que arrebatan el alma.
No quedará constancia. No importa. En la memoria me llevo las miradas más bonitas de este Haizetara 2024. Y las sonrisas.
En otra vida, no sé cuándo, tuve algo con un gales canoso y de mirada amable. Tal vez fue mi hermano. O un primo. O un vecino de puerta. O de caverna. En más de una ocasión nos hemos encontrado. En todas nos hemos sonreído. Incluso hemos hablado. Aunque en lenguas distintas.
Sé que a muchas les gustaría cambiar su estado civil en estos días de bandas callejeas. Yo me acojo a la quinta enmienda. Todo se puede disfrutar de infinitas maneras.
Un beso al aire y a la percusión. mjo
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