jueves, 29 de agosto de 2024

¿Dana?

 

Anunciaba mi móvil litros y litros de agua. Temporal. Vientos. Feroces lluvias. Precavida que soy, he puesto mis plantas a refugio de semejantes males. Después, el paseo, paraguas en mano, corto y cercano. Por lo que pudiera traer el cambio. 

No he visto ni aires, ni chaparrones. De hecho la tarde ha sido tranquila y cálida. Con cielo gris soso, sí, pero cálida y tranquila. Nada que temer. Y nada de lo avisado. 

Antes, sin móviles y apps del tiempo, salíamos a la calle mirando el cielo. Parece que va a llover, decíamos. Y tan panchas. Ahora, sabemos la temperatura del aire, la cantidad de agua, el impacto del sol en nuestra piel, las mareas, la salida de la luna, el punto de rocío, ... y ¿para qué? si al final no ocurre nada de lo advertido. Casi mejor improvisar. Ver venir. Sobre la marcha. Que tampoco pasa nada si la lluvia te pilla desprevenida y te moja el pelo o la remera. Que la lluvia no encoge, ni mata, ni siquiera te riza el pelo (que eso es un bulo muy extendido) 

La lluvia es agua y el agua nos moja. Y así se nos va un poco, a veces, la pereza.

Un beso de mañana me voy al mar. Diga lo que diga la app. mjo

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