"Al posar el artista sus ojos sobre ella sintió que el corazón le daba un vuelco. Todo cuanto había oído era cierto y más. No existía ni había existido en la tierra semejante belleza, y supo, como solo lo puede saber un artista, que su encanto no provenía como todos creían de aquella piel y aquel cuerpo cincelado, sino de la fuerza y de la luminosidad que emanaba de su interior, de sus ojos tristes y desolados, de sus labios acallados por el destino."
Releo. Página 108. Todos los cuentos.
Un beso de máscara de carnaval. mjo
No hay comentarios:
Publicar un comentario