"Por cierto..., es verdad que estuve convencido de que podía hablar con perros. No en plan sentarnos en una mesa a tomar café y charlar de viva voz tranquilamente, pero sí con la mente.
Cada vez que me cruzaba con un perro y le miraba, si este también me miraba y cerraba un ojo, estaba convencido de que me lo había guiñado en plan: "Bienvenido al mundo real. Nos alegra que hayas descubierto el gran secreto."
Ángel Martín. Por si las voces vuelven
Un beso de ay, si yo te contara o contase. mjo
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