sábado, 31 de agosto de 2024

El próximo libro

 

No me identifico con el género. Hasta ahora, pocas novelas/relatos/ ... de terror han pasado por mis manos. Eran rechazados antes. Sin apenas leer el resumen trasero. El miedo no me gusta. Nunca me gustó. El terror, lo perturbador, nunca me resultó interesante. 

Hasta ahora.

Mariana Enriquez me atrae a sus relatos como si yo fuera un caracol y ellos un tallo verde y fresco lleno de gotas de agua que ha dejado la tormenta. 

No es lo que cuenta. Es cómo lo cuenta. 

Tal vez.

El caso es que quiero más. Quiero más.

Las cosas que perdimos en el fuego. El próximo libro que quiero leer. 

Un beso de Metamorfosis que nada tiene que ver con Kafka. mjo

Moja

 

Hoy sí. Ropa fuera, ropa dentro. Plantas arriba, abajo. No hay paseo. 

Ha llovido en cortina, después de anochecer previo a su hora. No se veía de frente. La sombrilla de la terraza de las fiestas de verano ha volado. También las sillas del bar del barrio. Han saltado alarmas. La gente se refugia, corre de acera a acera. Y miramos por la ventana. Increíble tormenta. 

He llamado para que sepan que estamos en casa. Que no hemos salido. Y la conversación se vuelve loca. Como siempre últimamente. Pero graciosa. Hay un empeño en duplicar personas, en culpar de lo que no es culpable. En girar las palabras en un diálogo indescifrable, incorregible.

Llueve. Llueve en la calle. Con rayos y truenos. Y llueve en la cabeza de la señora que dice repampanos en lugar de relámpagos. Y vemos llover y no podemos hacer nada. Solo ver llover. 

Un beso a las gotas que mojan las hojas de mis queridas plantas. mjo

jueves, 29 de agosto de 2024

¿Dana?

 

Anunciaba mi móvil litros y litros de agua. Temporal. Vientos. Feroces lluvias. Precavida que soy, he puesto mis plantas a refugio de semejantes males. Después, el paseo, paraguas en mano, corto y cercano. Por lo que pudiera traer el cambio. 

No he visto ni aires, ni chaparrones. De hecho la tarde ha sido tranquila y cálida. Con cielo gris soso, sí, pero cálida y tranquila. Nada que temer. Y nada de lo avisado. 

Antes, sin móviles y apps del tiempo, salíamos a la calle mirando el cielo. Parece que va a llover, decíamos. Y tan panchas. Ahora, sabemos la temperatura del aire, la cantidad de agua, el impacto del sol en nuestra piel, las mareas, la salida de la luna, el punto de rocío, ... y ¿para qué? si al final no ocurre nada de lo advertido. Casi mejor improvisar. Ver venir. Sobre la marcha. Que tampoco pasa nada si la lluvia te pilla desprevenida y te moja el pelo o la remera. Que la lluvia no encoge, ni mata, ni siquiera te riza el pelo (que eso es un bulo muy extendido) 

La lluvia es agua y el agua nos moja. Y así se nos va un poco, a veces, la pereza.

Un beso de mañana me voy al mar. Diga lo que diga la app. mjo

La chiquitina

 

"He sido una persona previsible, poco follonera, de las que ha hecho las cosas según estaban dictadas en las normas de mi casa. Buena estudiante, muy festiva y ya hemos dicho que demasiado locuaz. Incapaz de hacer preguntas de puertas para adentro, no sé si por estar en la inopia o por vaguería. Aunque ahora viva de hacerlas y me paguen por hablar. 

He sido y soy muy pesada con los de mi entorno, muy payasa con cualquiera. Cabezota y con muy mal genio."

El libro es Los parques de atracciones también cierran, de Ángeles Caballero.

No preguntes cómo llegó este libro a mí. No me acuerdo.

Un beso de parecía que iba a llover ... y nada. mjo 

Nota: Aún sigo un poco enganchada Mariana Enriquez.

miércoles, 28 de agosto de 2024

Verano 2024

 

El verano se acaba. Y todas las posibilidades que acompañan cada verano. Seré optimista. Pensaré que aguantará unos días el calor. Y pensaré que aún habrá momentos de baño en aguas cristalinas y paseos interminables. Pensaré en lo bueno y en todo lo que tengo que hacer. Que siempre es mucho. Pensaré que no pasa nada porque el verano se acabe. Que volverá. Aunque yo seré un poco más vieja. 

Un beso de 28. mjo

Mariana Enriquez

 

Un lugar soleado para gente sombría

"No comió durante días. Había trabado la puerta con la silla. El gato muerto empezó a oler. Mi mamá gritaba que estaba harta de los muertos, de mi cara que se pudría, del gato, del olor a humedad del río, del calor que arruinaba todo, de esa familia de locos, quería irse a Buenos Aires, a Rosario, a cualquier parte lejos de este pozo, de estos gobelinos llenos de hongos y del agua estancada del aljibe."

Es este fragmento. Pero puede ser cualquier otro. 

Este libro, de esta autora, me ha resucitado la necesidad lectora, apagada por acontecimientos que me nublan la vista y la mente. Todo pasa, pienso. Y a veces todo se repite. Y espero, con el alma un poco encogida y apachurrada, poder controlar lo incontrolable y leer. Leer mucho y bueno. Para espantar los pensamientos que no me dejan leer. 

Un beso de primera edición, marzo 2024. mjo

miércoles, 17 de julio de 2024

Solo quería bailar

 

Tener el poder de leer el pensamiento es agotador. Yo no lo tengo, pero con solo imaginar que alguien oye lo que a mí me retumba me canso. Me consume mi propio sistema. La mentalista que se tope conmigo muere. Escucha un microsegundo de to esta paranoia cansina y cortocircuita, catapum, al hoyo, por listilla por ir leyendo la mente de las demás. 

Está claro que sufro de palabrerío grave y severo y sin remedio alguno. Tengo reúma mental. 

Solo quería bailar de Greta García

"Un grito dolorido y asqueroso al palazo en la cabeza de la burocracia". Sabina Urraca.

Un beso gitano. mjo

Líbano 1985

 

Sencilla a la vez que ...

Pienso en un adjetivo. No me viene ninguno perfecto. Tal vez deba invitarte a verla y dejar que tú continúes la frase. Ese es mi estilo. Yo te doy una pista y tú tiras del hilo solo si te apetece.

El valle de la esperanza, de Carlos Chahine.

Un film de mujeres en el Líbano. 

No hay muchas palabras. No hacen falta. 

Un beso de historia universal. mjo

miércoles, 3 de julio de 2024

Tráfico en el aparcamiento

 

Llegó la policía. Traficábamos. Ella y yo. Yo y ella. ¿Tenemos pinta de delincuentes, señor agente? Esto no es lo que parece. 

A media tarde, en un aparcamiento. Traficábamos, sí, con dos libros que han tardado un año en ver la luz de nuevo. Y nosotras hemos obrado el milagro. Con momentos de duda, de repaso, de debate, y momentos de avellanas, de fuego bajo, de mensajes. Por fin los vemos, los tocamos, los abrimos. Son suaves. Bonitos. Impecables. Todo, bajo la atenta mirada de la fuerzas de la ley y el orden. Que situación tan incrédula. Si nos estaba viendo desde algún lugar, tuvo que reír entre calada y calada. Vaya dos, pensando, vaya dos.

Volví a casa y estaba hambrienta. Ella también. Traficar y caminar abre mucho el apetito, todo el mundo lo sabe.

Un beso a la chica que necesita un sombrero para viajar a Turquía. mjo

Nota: Los libros son ... 

Cabreos varios y Razones para resistir, de Andoni Unzalu

domingo, 23 de junio de 2024

Para R.

 

Escribiría muchas cosas aquí para ti. Pero te las sabes todas. Además, prefiero decírtelas (o mejor aún, hacértelas saber sin necesidad de hablar) cuando podemos estar juntas. Que será pronto ¿verdad?

Un beso color fucsia y un abrazo de palmera de coco. mjo

Nota: 23 de junio. San Juan.

Estado civil

 

No he sacado hoy la cámara. Esta lluvia pulverizada que nos persigue desde hace varios días no seduce a la fotografía. Sigo deseando un implante en el ojo. Con obturador y diafragma. Para inmortalizar esos gestos que arrebatan el alma. 

No quedará constancia. No importa. En la memoria me llevo las miradas más bonitas de este Haizetara 2024. Y las sonrisas. 

En otra vida, no sé cuándo, tuve algo con un gales canoso y de mirada amable. Tal vez fue mi hermano. O un primo. O un vecino de puerta. O de caverna. En más de una ocasión nos hemos encontrado. En todas nos hemos sonreído. Incluso hemos hablado. Aunque en lenguas distintas. 

Sé que a muchas les gustaría cambiar su estado civil en estos días de bandas callejeas. Yo me acojo a la quinta enmienda. Todo se puede disfrutar de infinitas maneras. 

Un beso al aire y a la percusión. mjo

sábado, 22 de junio de 2024

La nana triste

 

Dame paz y dame guerraDame aliento, cuídameClavelitos en tu peloLos tatuajes de tu pielHoy supura y supuraLo que ayer sabía a mielYo maldigo a mi corduraPalomita, llévame
 
A ti te maldigo Y a tus lágrimas de salA ti te maldigoNo me vas a hacer llorarA ti te maldigoA ti te maldigo
 
Un beso al increíble mundo de Spotify. mjo

Nota: La canción es de Guitarrica de la fuente y Natalia Lacunza
 
Por algún motivo que no voy a plantearme, me encanta.

viernes, 21 de junio de 2024

A tilo y a música

 

Hoy empieza Haizetara. Y lo sabes. 

Un beso de cuerpo con ganas de fiesta. mjo

martes, 18 de junio de 2024

El pueblo huele a tilo

 

Con el pan (de cada día), al fresco de la mañana y dando un rodeo para llamar a mi amiga R., me he regalado un paseo por el parque rojo repleto de floridos tilos. El aroma que desprenden es una cosa que no tiene nombre. (Lo sé, para gustos se hicieron los colores.) Dulce. Muy dulce. Los días de aire el olor llega hasta nuestra ventana. Y siento cosquillas en los recuerdos. Ella y yo paseábamos bajo su sombra aspirando bien para no perdernos nada.

Mi nariz es hermosa, cuento con ventaja. Percibo el perfume con todos mis sentidos y me extraño al contemplar que estoy sola ante tanto regalo de la naturaleza. Gracias 18 de junio. Y gracias por las mañanas frescas, el pan tierno y el olor a tilo en primavera.

Un beso de ya es martes. mjo

lunes, 17 de junio de 2024

Charles Bukowski

 

"Si lograste engañar a una persona, no quiere decir que sea tonta, quiere decir que confiaba en ti más de los que te merecías."

Esta es la primera frase que encuentras si buscas algo sobre las mentiras. 

De Bukowski tenía que ser.

La serie que vemos ahora está basada en una mentira. Una gran mentira. De esas que crecen y atan y comprometen y no se acaban nunca.

Un beso de lunes filosófico y sol a chorros. mjo

Nota: La confianza acaba donde la mentira empieza.

sábado, 15 de junio de 2024

Nunca es tarde

 

El año del desierto de Pedro Mairal

Un libro sobre la deriva de nuestras sociedades

«Yo, que unos meses atrás atendía el teléfono en oficinas alfombradas, que traducía cartas al inglés vestida con mi tailleur azul y mis sandalias, ahora hundía las manos en la sangre caliente, separaba vísceras, abría al medio los animales, despellejaba, buscaba coyunturas con el filo.»

La intemperie avanza implacable, cercando la ciudad de Buenos Aires, convirtiendo los barrios en descampados y borrando a su paso las costumbres civilizadas. Un mundo que parece estar volviendo a sus orígenes, donde reina el caos, se pudren los alimentos, brotan las epidemias y las mujeres ven recortados sus derechos drásticamente.

El año del desierto es una distopía, metáfora de la eterna crisis argentina, que invita a reflexionar sobre la inquietante deriva de nuestras sociedades. Publicada en 2005 en su país, es una pieza imprescindible del universo literario de Pedro Mairal.

Nunca es tarde para leer un libro que en su momento no leíste.

Un beso de sábado y paseo. mjo