sábado, 23 de enero de 2016

Silencio, por favor


Instrucciones para pensar:

(Tranquilamente podrían leerse estas notas tras las Instruciones para llorar que nos dio Julio Cortazar, ya que, aunque no siempre es necesario, sí en muchas ocasiones nos vemos en la necesidad de reflexionar después de soltar unas buenas gotas.)

Dejando de lado los motivos que nos llevan a la necesidad de pensar, atengámonos a la manera correcta de pensar, entendiendo por esto un pensamiento que no ingrese en el agotamiento, ni que nos lleve a lugares poco convenientes para el cerebro. El pensamiento sano u ordinario consiste en una acción consciente y serena de la visión total y absoluta de las presencias que hay en nuestra vida (huyo de las palabras cosas y/o personas, ¿de acuerdo?) pasando por nuestra mente todo lo que nos ocupa y lo ordenándolo por importancia, eliminando todo lo que sea ruido, paja o presencias que nada tienen que ver con esa felicidad serena y diaria que necesitamos para vivir. 

Para pensar conviene apagar cualquier tipo de dispositivo que reclame nuestra atención con mensajes tal vez poco oportunos o que despisten la tarea a la que nos entregamos (más por necesidad que por capricho). Conviene también hacerlo en un ambiente familiar, sereno y silencioso. Cerramos los ojos, relajamos el cuerpo y, si te pareces un poco a mí, te quedarás dormida y los sueños harán ese trabajo tan estupendo de marcar mensajes. Unos serán importantes, otros pequeños y otros totalmente eliminables. 

De vez en cuando hay que pararse a pensar. Y para pensar hay que escuchar lo que hay dentro, no lo que hay fuera. 

Una vez terminado este ejercicio, solo queda dedicarse a las personas que amas, a las tareas domesticas y a la huerta, todo lo demás seguirá su cauce y agua llegará a Mombasa.

El beso más grande del mundo. mjo

Notas: Vayáis donde vayáis, enviadme una postal. muak

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ains,¡qué bien escribes!
Yo también utilizo la frase del agua que vive en Mombasa y siempre bisca su camino
Un abrazo
Fátima