Llevo días arrugando el morro ante escenas, gestos y comentarios. Y ellos lo saben. Son listos. Perciben ese ceño fruncido y ese no comentar pero chasquear un poco la lengua que me sale siempre sin querer.
La cámara le enfoca los pies subidos a esos 38 cm de tacón imperdonable que la vez están subidos a una escalera de gato en la biblioteca de un archivo donde todo lo importante está siempre en el puesto más alto. Sube la cámara, recorriendo una falda de tubo con raja que se ajusta como una piel de sardina. Escote, melena, todo el kit de la más bella. Y gafas para que parezca más intelectual. Ya.
Yo pregunto: ¿Recuerdas un plano así recorriendo el cuerpo del becario, del jefe o del primer adjunto? Ni de palo.
Más. La chica está loca por él. Da igual si le miente, le engaña, le ignora, ... da igual. Ella, enamorara. Y él, también enamorado, pero permitiéndose ciertas licencias, como liarse con otras, mentir, engañar, ...
Otro más. La chica puede hacer cosas provocativas para llamar su atención, puede reír ante cualquier tontería, y puede dejarnos ver más piel de la nunca le veremos a él.
Y para colmo, hay juegos de súper liberales. Una amiga le pregunta por el tamaño y, ... debe ser impresionante. Vaya, ¿es así como compensan tanta desigualdad?
A medio capítulo estoy de dejar la serie por el despropósito que comenten con la chica. Si no fuera por el de los trajes caros y el pelo engominado, ... ya lo habría dejado. Soy débil.
Un beso de Suits. mjo
Nota: Adivina el título de la serie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario