Tal fue la cantidad de imágenes, vídeos, fotografías, mensajes, montajes, reportajes, documentales, ... que se movieron por la red, redes, radio, prensa, ... que para celebrar el 8 de marzo decidí pensar en ello con calma y no dejarme llevar por el ímpetu de lo inmediato y efímero que acompaña la cosa. Hoy sigo siendo tan mujer, tan valiosa y tan decidida como ayer, pero con un día de retraso a las campañas mediáticas. Soy así, una especie de desastre, que va a destiempo y siempre tiene una palabra que decir para hacer justificable la falta. Despistada y cara dura todo en una. No voy a decir que lo siento. No arreglaría nada.
Un beso de pancarta. mjo
Nota: Una amiga (a la que quiero mucho) se va al Sáhara, a los campos que refugian a las personas sin tierra. Para ella todos los días son 8 de marzo. Sin duda.
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