martes, 31 de marzo de 2020

Sueño mucho


Siempre. Siempre sueño. Y sueño mucho. Y en cuarentena no iba a ser menos. Sueño con el chico con el que estaba haciendo un muñeco feo y grande en Derio. Sueño con mi profesora de pilates. Sueño con mi familia y con la familia de mis amigas. También sueño con ellas, con mis amigas. No tengo pesadillas, solo sueños. Las personas a las que no veo, y que habitan en mi mente, aparecen en mis pensamientos mientras duermo. Desde siempre.

Esta costumbre mía tiene una clara ventaja. Lo sé y tú lo sabes. He visto un montón de veces a mi abuelo (al que conocí) y siempre en dulces sueños. Es como si estuviera vivo y me visitara en vez en cuando. Y le veo y le hablo. Y le recupero.

Los sueños son otra vida paralela a la que llevamos cuando vamos con los ojos abiertos. Y yo ya no querría vivir sin ella. 

Creo que voy a llamar a unas personas que desfilaron esta noche entre mis sueños. Para preguntar qué tal están. Para decirles que han invadido mi despertar.

Un beso de noches sin estrellas en el cielo. mjo

Otra lista


Ya sabes que no soy de las que dicen que siempre es mejor el libro que la peli. Normalmente sí, pero no siempre. Y fui consciente de ello con Como agua para chocholate de Laura Esquivel. La película me gustó tanto, que decidí ser la defensora a ultranza de las adaptaciones al cine bien hechas.

Aquí van algunas adaptaciones de libro a cine me enamoran:

La voz dormida de Dulce Chacón, maravilloso libro y estupenda película. Diferentes en algunos aspectos, estoy de acuerdo, pero eso, a veces, es lo que menos importa.  

El diario de Noa de Nicholas Sparks. Tal vez si en la cinta no saliera Ryan Gosling, esta película no estaría en esta lista. Pero está. Y está ... muy bien. Ya sabes, tengo mis debilidades.

Y, por supuesto, no podía faltar Memorias de África, película que llevó a la pantalla grande Sydney Pollack, basándose en el libro Out of África de Isak Dinesen (pseudonimo de la baronesa Karen Christence Blixen-Finecke) y que no dejó mujer sin enamorar sobre la faz de la tierra. Yo, si quiero una tarde de soledad, chocolate y palomitas, ... no tengo dudas. R. Redford y M. Streep lo bordan, y la música es tremenda.

I had a farm in Africa at the foot of the Ngong Hills...

Un beso en danés. mjo

Nota: ¿Sabes que yo estuve en esa casa?

lunes, 30 de marzo de 2020

Mal tiempo


Granizo. Mucho granizo. Aita estará contento. Él quiere una buena tromba de agua. Para quitar los virus del ambiente, dice. Bueno, pues aquí está, lluvía, granizo y frío. Todo un uno. Aunque no sé si en esta ocasión es eso lo necesario. Algo oí decir sobre que al bicho de ahora le molestan las buenas temperaturas, y la primavera sería buena para librar alguna batalla. No tengo ni idea.

Un beso al chico de los ojos azules y las cejas locas. mjo 

Nota: Sin tus explicaciones, esto no será lo mismo.

Los Pearson


Cada noche, en los primeros días de cuarentena, buscábamos algo para desconectar la mente y distraer el ánimo. Había ocasiones en la que la búsqueda ocupaba tanto tiempo que al final, sin haber visto nada en concreto, apagábamos la luz y nos íbamos a dormir. Hasta que llegaron dos series, una para los tres y otra para él y para mí. De la serie de super héroes ya escribiré otro día. Hoy toca hablar de This is us

Diré, en mi defensa, que no soy espectadora de series porque el sueño siempre me invade antes de pasar las primeras imágenes. Ahora la cosa es bien distinta. Casi te alegra saber que después de la cena y recogerlo todo, habrá un momento de historias ajenas que te harán olvidar las preocupaciones más cercanas. Diré también que no la vemos en la tele. Ya sabes que desde hace un tiempo consumimos de proyector, que a mí modo de ver, se parece más a ver una película en el cine, y eso es siempre mejor. 

Al tema. Los Pearson son una familia curiosa con sus virtudes y sus problemas. Con traumas, dificultades, dolores y frustraciones. (Ya sé lo que estás pensando: Dramón. No. Bueno un poco. Pero no. Es una serie donde te encariñas con la familia y ver como aprenden a superar las cosas, te anima.) Además. si en cierta ocasión te arrancan una lágrima, piénsalo, tal vez sacarla te hace mejor que guardarla dentro. Y si lloras po Rebeca, no lloras por otras cosas. Que hay que andar con la mejor cara que tengamos, por complicado que esto parezca.

Mi personaje favorito es Beth, la mujer del Randall. No es de las principales, pero me chifla su carácter. Y Kevin, está muy bueno, para qué nos vamos a engañar. Jack y Rebeca hacen una pareja extraordinaria. Keit y Tobi, son muy muy especiales. Todos los personajes son entrañables hasta cuando meten la pata. Y la meten mucho. Mucho.

En estos momentos reconozco que tengo dos familias: la real, a la que no veo desde mi cumpleaños y que solo oigo por teléfono, y la de ficción, a la que veo todas las noches con el deseo de que la cuarentena acabe antes que esta larga serie.

Un beso de lunes lluvioso. mjo

Nota: Como siempre, en mi cabeza suena Serrat con esa canción de Llueve, y llueve ...

domingo, 29 de marzo de 2020

No siempre llega


A veces la inspiración salta por la ventana como una gato detrás de una sardina. A veces no hay ideas ingeniosas para sorprender el alma. Ni quien escribe, ni quien lo lee, tiene la cabeza para muchas historias y entonces, sinceramente, es mejor esconder la cabeza debajo del ala. 

Tengo una amiga confinada. Y creéme cuando te digo que ésa no es la parte dura de esta triste historia.

Un beso de esperanza. mjo

Nota: Todo va a ir bien. Ya lo verás. 

sábado, 28 de marzo de 2020

Libros perdidos


Debo dedicar un pequeño apartado a esos libros, que por un motivo o por otro, se han marchado de mi lado, se han perdido, han desaparecido.

Antes de nada, debo decir que no soy de esas personas que se enfada demasiado si un libro no vuelve de otra casa o de una amiga. He perdido cosas más importantes y he tenido que aguartarme como para liarla por un libro, que en el mejor de los casos, puedo volver a comprar o leer en la Biblioteca. Como siempre me acompaña una memoria de pez galopante, en muchas ocasiones no recuerdo a quién se lo dejé o quién no me lo ha devuelto. Casi mejor. 

Ultimamente he repasado mis estantes y hay una serie de libros que no están. Tal vez no vuelvan nunca. Dejo aquí unas palabras por dos de ellos.

La vida ante sí, de Émile Ajar (pseudonimo de Romaun Gary). Este libro desaparició demasiado pronto para no merecer ser el primero de la lista. Fue una pérdida dolorosa ya que aún no había podido leer mi ejemplar recientemente adquirido. Nunca me ha importado no estrenar los libros que compro, y en esta ocasión ni lo estrené ni lo pude leer. Creo saber quién lo tiene, pero si no me lo devuelve, no se lo voy a pedir. Hay cosas que no están bien, ¿verdad?

Mil soles esplendidos, de Khaled Hosseini. Este libro lo he prestado cien veces, y siempre volvía, como un fiel boomerang. Pero en algún momento, un día sin previo aviso, ocurrió lo inevitable. Tanto va el cantaro a la fuente, que al final alguien lo quiere y se lo queda para siempre. Faena. Me gustaba mucho este libro, que aunque era triste, me colocaba muy bien en fragmentos de la historia reciente. Ádiós, libro, ádios. 

Lo dejo aquí. No quiero seguir y perderme como ellos.

Un beso de mejor pensar que nunca fueron nuestros. mjo

viernes, 27 de marzo de 2020

No pienses


No paraba de decirle a mí cabeza: Podemos con todo, y podremos todo el tiempo que haga falta, siempre y cuando (por supuesto) este virus malvado no toque a ninguna de las personas que forman nuestra familia o las familias de las personas que forman nuestra vida.

Mientras las estadísticas hablan de almas desconocidas, nos resulta algo más fácil mantener la calma. El problema es cuando las noticias son de cerca. Un conocido, una amiga, la familia de alguien con quien has compartido muchos momentos de tu vida,... Ahí se acabó de golpe la planta y la pose. Ahí todo el mundo quiere llorar o patalear un rato. Y es lo sano. Disimular y tragarse la rabia no es de valientes, es de resistentes. Nadie puede pedirnos eso. Si tienes un momento de flojera, lo mejor será deshacerse de ese sentimiento rápido, y cuanto antes. 

Os dejo. Voy a salir al balcón a respirar un rato. Tengo que hablar con todas mis plantas.

Un beso a las personas asustadas. mjo

App, Web, Classroom, ... y demás


Recibimos mensajes de texto, audios, videos, correos electrónicos, video llamadas, llamadas por skype, ... colgamos fotos, audios, videos otra vez, ... y no sé cuántas cosas más. Vamos aprendiendo sobre la marcha. Nos vamos defendiendo. Pero, socorro, me duele la cabeza de tanto ... tanto.

Si enviamos las tareas a través de Wetransfer, y las guardamos en Drive para luego pasarlas, en un enlace, a la Classroom de Google.com ... tal vez consigamos seguir el ritmo y no desfallecer en el intento. Pero, te lo juro yo, que a mí, me va a dar algo.

Entre las técnicas utilizadas para continuar con las asignaturas, las correcciones de partituras a través de mensajes de audio, y las clases on line para seguir con las horas de trompeta, esto empieza a parecer un estudio de grabación instalado en medio de la NASA. 

Espera, que se me acaba la bateria del portatil, pásame rápido la intro por cable, los audios, cada uno en su carpeta, mesedez, y grábate haciendo el pino para la clase de pilates. (Lo último no. Eso no lo hago.)

La tecnología nos ofrece la pera de cosas, es cierto. Pero yo, que necesito mi tiempo para entencer ciertas innovaciones, me vuelvo (te lo juro) un poco loca. 

Un beso de he perdido la señal de mi ratón inalambrico. mjo

Cosas del destino



Algunas veces ocurre que sabemos lo que queremos y también lo que no. Yo con los libros soy una petarda y basta que me recomienden algo para que no me interese de repente la oferta. Pero debo reconocener, y mi orgullo no se resiente por ello, porque creo que de orgullosa tengo poco y solo a ratos, que me han hecho un favor por poner delante de mis narices libros que no habría considerado, ni de lejos, de mi interés ya de antemano. 

Aquí anoto algunos ejemplos:

El sitio de Constantinopla, de Mika Waltari. Me lo dejó un profesor antipático y borde que me trajo loca durante unos cursos con su despotismo y su mal genio. Al final, el libro me encantó y el profe resultó ser un ... (diría amor, pero imposible. Fue un horror.)

Samarcanda, de Amin Maalouf. Me lo regaló un chico curioso un noviembre del 94. No es que recuerde el día con memoria de elefante, es más bien que cuando me lo entregó, puso en él la fecha. En el libro había marcado un breve trozo: 

-¡Qué solo estabas, Jayyám, junto a tu amada!
Ahora que se ha ido, podrás refugiarte en ella. 

El pájaro espino, de Colleen McCullough. Era yo de las que leía los libros y después veía las películas, siempre en eso orden. Nunca lo contrario. Pero en esta ocasión, el turno fue al inverso y después de aquello decidí callarme ya la boca para siempre. Lo leí por primera vez cuando trabajaba de niñera y, creéme, aún lo conservo.  No recuerdo quién me regaló este libro. Una amiga seguramente y se lo agradeceré eternamente. Tengo recuerdos de lectura bajo un tilo que no olvidaré en la vida.

Un beso de ...cuántos recuerdos. mjo

jueves, 26 de marzo de 2020

Jueves con globos de colores


Dentro de estos días de pandemia, pierdo la cuenta y no sé qué día es o en qué semana vivo. Solo sé que cada mañana, al levantarme, pienso: ¡a por otro día bonito! (Mientras no haya malas noticias de la gente querida ...)

No miro el calendario, no veo las noticias (un poco sí, pero cada día menos) no consulto mi horóscopo, ni las entrellas del firmamento. Nada. Es por  eso lo que te decía, que no sé si llevamos 5 ó 7 días. Alguno más creo que serán ya, pero tampoco importa ¿verdad?

Pero hoy sí sé qué día es, porque hoy es un día especial. Hace 15 años nació, (dando un poco de guerra antes de salir, no nos vamos a engañar) nuestro chico favorito. El más gracioso, el más testarudo y el más cariñoso que conocemos. Él.

Un beso y gracias a todas las personas que nos han felicitado hoy. mjo

Lo prometido


Dije ayer que hoy anotaría en este espacio los libros que después de haberlos leído, tuve que ir a por ellos, para (egoistamente, lo reconozco) tenerlos conmigo. Algunos de esos libros están en la lista de ayer. Estos, son otros.

Los objetos nos llaman, de Juan José Millás, lo leí porque K. me lo dejó cuando aún trabajaba en la Biblioteca de Amorebieta, y después, fui a la librería y me lo traje a casa.

Todos los días son nuestros, de Catalina Aguilar Mastretta (hija de Ángeles Mastretta, que también está en la otra lista) leí el libro y pensé: lo voy a querer leer más veces. Y me lo compré.

La uruguaya, de Pedro Mairal. Increíble lo de este libro que para algunas del rincón es una maravilla y para otras un horror. Lo compré después de leerlo entero para poderlo compartir. 

Mañana títulos de libros que me recomendaron, que no quería leer y luego resultaron ser un regalo. 

Un beso de tarde con trompeta. mjo

miércoles, 25 de marzo de 2020

Mis favoritos


Ayer me pedía nuestro camello de canciones favorito el título de un libro para iniciarse con Juan José Millás. Fácil no es la cosa, pensé, pero me lancé sin salvavidas y le recomendé Mi verdadera historia. Pequeño libro que encierra grandes cosas. 

Ante su petición me puse a pensar en la hipotesis de tener que recomendar un libro (solo uno) de cada autor o autora que me haya acompañado a lo largo de mi vida. 

Aquí va una lista de 12:

De Julio Cortazar, Rayuela.
De Milan Kundera, La inmortalidad
De Mario Benedetti, La tregua
De García Marquez, Cien años de soledad
De Isabel Allende, Inés del alma mía.
De Ángeles Mastretta, Maridos
De Hector Abad Faciolince, El olvido que seremos
De Muriel Barbery, Rapsodía Gourmet
De David Foenkinos, Lennon
De Alessandro Baricco, Seda
De Marguerite Yourcenar, Memorias de Adriano
De Pierre Lemaitre, Rosy & John 

Mañana te voy a proponer libros que, después de leerlos, he tenido que ir a comprarlos. 

Un beso de Seda compite de cerca con Novecento. mjo

martes, 24 de marzo de 2020

Se me van las horas


Parecía que me iba a sobrar el tiempo. Ja. Me río. Estoy todo el día de una cosa para otra, y entre todas ellas, llamadas, correos, mensajes, a todas horas. Y me encanta. 

Estar en casa y estar en contacto con las personas que te importan merece (como el cine, el sida, o las ballenas orcas, ..) un día en el calendario. Y saber que todo el mundo está bien, eso ya es de premio. Premio de la ademia, Goya, Oscar, o directamente, para qué más tonterías, Nobel. Gracias a la telefonía, dice Drexler, y yo le aplaudo. Es estupendo poder hablar con mi ama, y con mi aita. Todos los días. Cada vez que me da la gana. Y también es fantástico escribir y que te escriban. Te hace sentir que todas las personas estamos en la misma ola. 

Y lo que decía, entre llamada y mensaje, se hace la hora de la merienda y después la hora de la cena. Y pasa un día, y luego otro, y sigo sin terminar la caja, y sigo sin pasar las fotos, y así ...otras mil cosas.  

Es un regalo no tener prisa, poder jugar a cartas después de comer y bailar como una loca cada atardecer. 

Un beso a todas las personas que salen a tomar el sol a la terraza. mjo

Nota: Es importante la vitamina D.

Noticia


Micro relatos y dibujos sobre el Coronavirus para una exposición en la Biblioteca


Todas las personas que lo deseen pueden participar enviando sus trabajos creativos, bien sean dibujos o micro relatos sobre el Coronavirus.
Nuestras niñas y niños pueden participar con dibujos donde expresen cómo viven el aislamiento, contando cómo juegan, qué leen, cómo pasan el día, etc. Y las personas adultas pueden enviar microrrelatos explicando las emociones de solidaridad, aburrimiento, angustia, cooperación y demás sentimientos que afloran en esta situación. El proyecto está abierto a todo tipo de aportaciones creativas.

La biblioteca hará una selección con todos los trabajos recibidos y los expondrá en el Centro Zelaieta para que, cuando el municipio vuelva a la normalidad y la población regrese, pueda ver reflejadas sus vivencias a través de esta iniciativa.

Los trabajos se pueden enviar por email a liburutegia@amorebieta.eus
Nota: A través de este proyecto, la biblioteca nos anima a expresar nuestros sentimientos para hacer más llevadero el aislamiento, al tiempo que visibiliza las diferentes formas en que nos enfrentamos a una situación como la que vivimos en estos momentos.

Pétalos de cartulina


Desde nuestra ventana no podemos verlas. Nos quedan al final de la calle, y no nos alcanza la vista. Sí, hay plantas en el balcón, pero con esta manía que tengo de comprarlas solo verdes (hiedra, ficus, aloe vera, ... ya sabes) no hacen eso de florecer en primavera, y yo quería flores para mis niñas, ...y para quien pueda verlas. Por eso, esta mañana temprano, me he puesto a recortar margaritas de colores. Y las he pegado en los cristales mientras tatareaba tengo el corazón contento.

Aún no las han visto, o igual sí, y soy yo la que no les he visto a ellas. Estarán jugando a cocinitas en el balcón que da al oeste. Sea como sea, esta noche, como cada noche desde que empezó la cuarentena, hablaré con ellas. 

Un beso a las personas que disfrutan de las pequeñas cosas. mjo

lunes, 23 de marzo de 2020

Una línea divisoria


A estas alturas, ya tenemos claro que esta situación marcará en nuestras vidas un antes y un después. A partir de ahora, las fotos, las celebraciones, las cosas que tenemos, ... serán de antes de la cuarentena o de después de ella. Las personas que conocemos y que conoceremos serán también divididas en dos tiempos. Nuestros trabajos tampoco serán ya los mismos en muchos casos. Y nuestras pertenencias pasarán, a partir de ahora, a un segundo plano. 

La mesa de la sala era de color madera antes de la cuarentena, ¿te acuerdas? Y la cocina, desde que la pintamos, es mucho más divertida

Posiblemente tu vida no será igual. La de nadie lo será, imagino. Yo seguro que cambio la mía. Pero a mí me gusta cambiar. 

Solo hay una cosa que no estoy dispuesta a cambiar: el número de personas que engoblan estos 3 grupos: familia (entera) amigas (y amigos, por supuesto) y personas majas conocidas (y aquí entra casi todo el mundo que he conocido a lo largo de mi vida.) Todo lo demás, son tonterías.

Un beso de con esto no negocio. mjo 

Nuestra vida en puntos suspensivos


Saramago haría un buen relato sobre todo esto si viviera. Él era capaz de plantear situaciones mundiales inimaginables para el resto de los mortales. Fue un visionario, un humanista, un excelente escritor y una persona estupenda. Pronto se cumplirá el décimo aniversario de su muerte. Si nos está viendo desde algún lugar del cielo, acomodado en una buena nube, con los pies en alto, me apuesto a que está escribiendo. Fijo. Adelantando reacciones humanas y consecuencias de esta terrible pandemia. El efecto dominó en sus relatos era una locura embaucadora, una sucesión de brillantes sortilegios que nos hacía un agujero en la mente para poder ver más allá del ahora y del yo tengo. 

Si Saramago viviera, podría escribir el final de todo esto en la página 374. Sabríamos así, como acaba toda esta historia. De momento, no tenemos a nadie que nos adelante los textos. Improvisaremos. Como hacemos siempre. Pero esta vez, por favor, con muchísimo cuidado. 

Un beso a las personas que forman el relato de mi vida. mjo

domingo, 22 de marzo de 2020

Nota


Perdonen el chiste fácil, pero ... por fin la primavera no tiene nada que ver con El corte inglés.

Un beso de domingo y flores nuevas. mjo

Preguntas sin respuesta


¿Nos echarán de menos? Piénsalo. 

¿Echarán de menos nuestros pasos las olas de la orilla? ¿Sentirán la ausencia de nuestras voces las líneas del camino? Y los árboles, ¿seguirán floreciendo sin unos ojos que se maravillen? Pobres flores nuevas. ¿Y las papeleras, vacías de nuestras notas rotas? ¿Y las farolas, que  ya no dibujan nuestra silueta? ¿Se aburrirán de no ser pisadas las aceras de nuestras calles y dormirán, un sueño largo, todos los escaparates? 

Echamos de menos a las personas más que a los paisajes y a las cosas. Por supuesto. Pero es cierto que después, inevitablemente, nos acordamos de los lugares que amamos, esos que nos hacen sentir bien siempre que los visitamos. 

Un beso a mi amiga la del paraíso. mjo

Nota: Sé que ella acostumbra a leer este bolg. 

sábado, 21 de marzo de 2020

Luz en cuarentena


Como los girasoles buscamos el sol. 

Por la mañana tocan ventanas al norte y por la tarde balcones al sur. Ahora, que son casi las seis de la tarde, después de una riquísima y larga siesta, me pongo a escribir entre macetas de aloe vera, hiedras verdes y un limonero repleto de brotes color añil. Esto es tranquilidad. Con no dejar a los malos pensamientos entrar con la brisa en mi pequeña cabeza, todo hecho. No se siempre es fácil, pero se intenta.

Cada mañana, el joven que vive en la parte trasera de nuestra casa, nos regala un variado repertorio con su acordeón. Toca muy bien y además, es un encanto. Bailamos, cantamos y aplaudimos desde nuestras casas. En el callejón, de pronto, se hace fiesta y nos vemos las caras y nos saludamos con cariño.

Por las tardes, toca salir a este balcón largo desde el que puedo ver el sol meterse entre los tejados cercanos. Los últimos rayos de sol me dan en la frente mientras escribo o charlo con el vecino. Hoy la vecina de abajo de la otra vecina de arriba nos ha puesto un Eskerrik asko en los cristales. Así andamos todo el día, con mensajes de colores. Pronto, no vamos a necesitar cortinas. Tenemos 4 nombres, siete corazones y algunas banderas de otros países. 

Tengo ganas de que salgan las niñas para verlas un rato. Ayer me decía N. que no puede cantar porque el micro se le ha estropeado. Ser más bonita es casi posible. 

Un beso a su amatxu que ayer estaba un poco triste pero hoy ya está un poco mejor. mjo

Nota: Se mete el sol. Refresca. Toca campamento base de interior, ... o chaqueta.

viernes, 20 de marzo de 2020

Esa cosa llamada felicidad


Una amiga mía, que vive su cuarentena en un pueblo cercano, con la sola compañía de su gata Freya, me ha contado que el otro día fue al super para comprar unas cosas, y allí, en medio de medidas de seguridad, cajas y guantes de goma, se encontró con su aita y con su ama. Fue tanta la ilusión de verles, y tanta la emoción por no poder tocarles, que me lo contaba y ... ya te puedes imaginar.  Yo también quiero ver a  mi familia, pero me lo tengo que tomar con calma. Si pienso en ello, ...

Huracán Carter (en la peli hacía de él Denzel Washington) decía no se puede pensar en la libertad si estás en la carcel. Porque entonces te vuelves majara. Estos días no podemos pensar en esas pequeñas cosas que nos hace daño no tener, como el olor suave de la abuela o las manos fuerrtes del abuelo. No podemos pensar tampoco en lo que puede suceder mañana. Solo podemos vivir, sonreír, esperar y desear volver a tener cerca a todas las personas que teníamos antes de todo esto. Cuando eso ocurra, vamos a llorar, estoy segura. Vamos a llorar mucho de felicidad. 

Un beso de blandita mimosa. mjo

Nota: Hoy es el día de la felicidad. 20 de marzo. Lo sé porque el chico que conquistó a las chicas del rincón, lo ha puesto en su blog. Gracias. Gracias un montón.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Así empieza la carta que he enviado


Hola, soy marieta y anoche una vecina del edificio que hay frente al nuestro, y con quien me gusta mucho hablar de balcón a balcón, me pasó una dirección de correo electrónico a la que podía enviar cartas a las personas, que estos días de cuarentena, están ingresadas en los hospitales. 
 
Espero que te llegue esta carta y que sirva para que no te sientas tan sola o tan solo. Espero poder entretenerte durante unos minutos y, … sobre todas las cosas, espero que re recuperes pronto.