Sí, también estos:
Sí, también estos:
"Inmune a la turbación, como a cualquier otra cosa que ella causara, en otro tiempo no habría advertido el desconcierto del joven. Pero al detectarlo ahora decidió que en el futuro no sería tan indiscriminada a la hora de expresar lo que pensaba, lo cual en cierto modo era una lástima, pues era lo que muchos de sus súbditos ansiaban. De terminó, en suma, reservar las confidencias para sus libretas, donde no hacían daño a nadie."
Un beso a las chicas de la libreta con flor. mjo
Nota: El libro, Una lectora nada común.
"Pero las dudas que tenía y las preguntas que se hacían eran solo el principio. En cuanto cogió ritmo, el deseo de leer dejó de parecerle extraño, y los libros, a los que se había acercado con tanta precaución, se conviertieron poco a poco en su elemento."
Una lectora nada común. Alan Bennet
Un beso de jueves poblado de nubes desordenadas. mjo
La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey, de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows.
La librería, de Penelope Fitzgerald.
El coleccionista de libros, de Charlie Lovett.
Una lectora nada común, de Alan Bennett
La liblioteca de los libros vacíos, de Jordi Sierra i Fabra
Puedo seguir, pero no sigo. Algo une estos 5 libros. Nos vemos el jueves y te lo cuento.
Un beso de promete paseo. mjo
En la mitología griega, fue fundador y rey de Corinto. Era hijo de Eolo y Enareta, y marido de Mérope. Hay tradiciones que indican que fue padre de Odiseo con Anticlea, antes de que ésta se casase con su último marido, Leartes. Hasta aquí, todo cotilleos de parentescos. Al grano: Sísifo es conocido por su castigo: empujar cuesta arriba por una montaña una piedra que, antes de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo, repitiéndose una y otra vez el frustrante y absurdo proceso.
Aunque tal vez él no lo haga por castigo, ni sintiendo como frustrante o absurso su proceso, a todas luces, vital. Él no empuja cuesta arriba por una montaña una piedra que después volverá a rodar cuesta abajo. Él mueve sus incontables maletas, de un lado a otro, de una calle a otra, sin parar.
No le veía desde diciembre y empezaba a estar preocupada. Hoy le he visto de nuevo, bajo esta lluvia de lunes que todo lo moja, pensando. Creo que tiene un patrón, o a veces, al menos, lo ha tenido. Me gustaría charlar con él, pero no me atrevo.
Un beso de día sin paseo contigo. mjo
Dice la más rubia del rincón que Todo, todo no ha que entender. Y digo yo, que ... todo, todo no hay que contar.
Ayer nos portamos un poco mal. Como niñas somos. Ya nos vale. Y es que el color de los almendros/ciruelos/cerezos ... (aún no he aprendido a diferenciarlos) nos hizo perder la cabeza. ¿Niñas he dicho? Peor. Mucho peor.
Un beso, de cuatro en cuatro, a las guapas del rincón.
Nota: Las imagenes (top secret) para el recuerdo.
Otra nota: Premeditación no hubo. Eso no.
Nos vemos a las 18:45 h. en el Zelaieta. Me reconocerás por las canas y la mascarilla. Y yo sabré que eres tú porque llevarás un libro en la mano. O tal vez una pequeña agenda.
Un beso a las chicas que anotan los libros que van leyendo. mjo
"Años más tarde, en su lecho de muerte, el viejo Sempere habría de explcar cómo en aquel instante creyó ver que Andreas Corelli derramaba una lágrima que al golpear la tumba de Cervantes se convirtió en piedra. Supo entonces que sobre aquella roca empezaría a construir un santuario, un cementerio de ideas e invenciones, de palabras y prodigios que crecería sobre las cenizas del Príncipe de Parnaso, y que algún día albergaría la mayor de las bibliotecas, aquella en la que toda obra perseguida o despreciada por la ignorancia y la malicia de los hombres iría a parar ala espera de volver a encontrar al lector que todo libro lleva dentro."
Y así termina El principe de Parnaso.
Un beso de martes con promesas del sol incumplidas. mjo
"Al posar el artista sus ojos sobre ella sintió que el corazón le daba un vuelco. Todo cuanto había oído era cierto y más. No existía ni había existido en la tierra semejante belleza, y supo, como solo lo puede saber un artista, que su encanto no provenía como todos creían de aquella piel y aquel cuerpo cincelado, sino de la fuerza y de la luminosidad que emanaba de su interior, de sus ojos tristes y desolados, de sus labios acallados por el destino."
Releo. Página 108. Todos los cuentos.
Un beso de máscara de carnaval. mjo
"Tragué saliva y conjuré a Maquiavelo, santo patrón de las decisiones rápidas."
Página 191. Gaudí en Manhattan
Ayer leí fragmentos de Carlos Ruiz Zafón. Ante todas, confesé, y es cierto como que tengo nombre de princesa, que la escritura de este autor me lleva como en volandas. No respiro, no toco el suelo, y mi mirada se desliza entre sus palabras sin poder llegar a concluir si me gusta más una frase ... u otra.
Un beso a las chicas del rincón, y al chico de las trufas. mjo
"Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los Libros Olvidados. Desgranaban los primeros días de verano de 1945 y caminábamos por las calles de Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza y un sol de vapor que se derramaba sobre la Rambla de Santa Mónica en una guirnalda de cobre líquido.
- Daniel, lo que vas a ver hoy no se lo puedes contar a nadie -advirtió mi padre-. Ni a tu amigo Tomás. A nadie.
-¿Ni siquiera a mamá? -inquirí yo, a media voz.
Mi padre suspiró, amparado en aquella sonrisa triste que le perseguía como una sombra por la vida.
-Claro que sí -respondió cabizbajo-. Con ella no tenemos secretos. A ella puedes contárselo todo."
Un beso de aquí me enamoré yo. mjo
... para C. Ruiz Zafón
Un beso de curiosidad por Finzi y Turner. mjo
"Barcelona era por entonces villa y fortaleza mecida en el regazo de un anfiteatro de montañas sembradas de bandoleros que se ocultaba a espaldas de un mar color vino calado de luz y de piratas. A sus puertas se colgaba a ladrones y villanos para ahuyentar la codicia por lo ajeno, y entre sus murallas, que amenazaban con reventar, se batían comerciantes, sabios, cortesanos e hidalgos de toda condición y vasallaje al servicio de un laberinto de conjuras, dineros y alquimias cuya fama alcanzaba los horizontes y anhelos del mundo conocido y soñado. Se decía que allí habían derramado su sangre reyes y santos, que las palabras y el saber encontraban cobijo y que con una moneda en las manos y una mentira en los labios cualquier aventurero podría besar la gloria, acostarse con la muerte y amanecer bendito entre atalayas y catedrales para hacer nombre y fortuna."
Pág. 95 del libro La ciudad de vapor, de Carlos Ruiz Zafón.
Se acerca, sigiloso, nuestro segundo jueves compartido.
Un beso. Nos vemos. mjo
Carlos Ruiz Zafón es uno de los autores más reconocidos de la literatura internacional de nuestros días y el escritor español más leído en todo el mundo después de Cervantes. Sus obras han sido traducidas a más de cincuenta idiomas.
En 1993 se da a conocer con El Príncipe de la Niebla, que forma, con El Palacio de la Medianoche y Las Luces de Septiembre, la Trilogía de la Niebla. En 1998 llega Marina. En 2001 publica La Sombra del Viento, la primera novela de la saga de El Cementerio de los Libros Olvidados, que incluye El Juego del Ángel, El Prisionero del Cielo y El Laberinto de los Espíritus, un universo literario que se ha convertido en uno de los grandes fenómenos de las letras contemporáneas en los cinco continentes.
Desde 1993 hasta 2020 ... no ha sido demasiado tiempo.
Un beso de faro y mar. mjo
Hubiera sido tan fácil entregarse allí, tendida sobre la nieve, y cerrar los ojos para siempre."
Cada día anotaré aquí un pequeño fragmento, ... u otra cosa.
Un beso de nubes de vapor. mjo
Desde que sé que a veces voy por la vida con el pie torcido y otras veces con el pie cruzado, soy otra persona.
Sí, y auque no lo creas he decidido ir enmendando esas pequeñas manías que me caracterizan y que solo me recuerdan las buenas amigas. Por empezar por alguna parte, diré que una de esas peculiaridades mías es la dispersión. (A la que no estoy dispuesta a renunciar porque me parece la salsa de mi existencia.) Pero, ... me comprometo a mantenerme un poco más centrada y menos veleta en este blog o en el propio Rincón. Solo el tiempo dirá si este proposito es viable en alguien como yo, o mejor dedicamos esfuerzos en otros menesteres como mejorar los guisados, aprender algún idioma en peligro de extiención o dedicar mi vida a la oración en un convento de clausura. ¿Te imaginas?
No volaré de flor en flor. Esta semana, entera, se la voy a dedicar a Ruiz Zafón, y a su libro (mencioando ayer) La ciudad del vapor.
"Había pasado un mes desde su desaparición cuando me di cuenta de que empezaba a olvidarla. Había dejado de ir cada dos días a la iglesia, de inventar cuentos para ella, de sostener su imagen en la oscuridad cada noche cuando me dormía. Había empezado a olvidar el sonido de su voz, su olor y la luz de su rostro. Cuando compredí que la estaba perdiendo, quise ir a ver al padre Sebastián para suplicarle que me perdonase, que me arrancase aquel dolor que me devoraba por dentro y me decía a la cara que había roto mi promesa y había sido incapaz de recordar a la única amiga que había tenido en la vida."
Buen fin de semana.
Un beso de espero que no te falte un libro. mjo
"Andaba yo trabajando en una salida retórica con la que compensar mi condición de palurdo plebeyo con un alarde de ingenio y chispa que salvase mi perfil cuando la doncella se aproximó con aire de consternación y me miró como se mira a un perro rabioso que anda suelto por la calle."
Carlos Ruiz Zafón
La ciudad de vapor. Todos los cuentos
En Nota del editor, Émile de Rosiers Castellaine, nos dice ... "Bienvenido a un nuevo libro -desgraciadamente el último- zafoniano."
Un beso a la chica que me acercó a este autor. mjo
No se me quita de la cabeza esa dulce sensación de que no ha pasado tanto tiempo y de que nada ha cambiado en el rincón. Tal vez sea porque no hemos dejado de estar juntas todo este último año. Tal vez sea porque de a pocos y a ratos nos hemos visto, o escrito, u oído. No lo sé, pero sea lo que sea, lo que nos ha mantenido unidas, bienvenido sea.
Ayer empezó de nuevo el rincón después de un año (menos un mes y una semana) y es como si no hubiera pasado el tiempo. ¡Y no sabéis cómo me alegro de ello!
Un beso de azafata de vuelo, gel en mano. mjo