Puedo renunciar al chocolate blanco, al azúcar, los bollos, las magdalenas, los bombones, los pasteles, los turrones, las galletas, los merengues, las torrijas, las palmeras, los dulces de anís, los polvorones, las rosquillas, el arroz con leche, las natillas, puedo renunciar a todo esto sin pestañear. Y a más.
Pero nunca, nunca, nunca renunciaré a un helado en la playa.
Hoy me he paseado por el agua hasta que ya no quedaba luz.
Hoy ha sido un bonito día.
Un beso a las chicas del paraíso por compartir sobra y brisa con X. y conmigo. mjo
No hay comentarios:
Publicar un comentario