Manolo Vital, conductor de autobús, se adueñó del bus de la línea 47 para desmontar una mentira que el Ayuntamiento de Barcelona se empeñaba en repetir: que los autobuses no podían subir las cuestas del distrito de Torre Baró. Un acto de rebeldía que demostró ser un catalizador para el cambio.
Y no solo hizo eso.
Una película que tenía que ver. Una historia que hay que conocer.
Como otras muchas.
Sí, me gusta el cine basado en hechos reales. Mucho.
Un beso a las personas que no se rinden. mjo
Nota: La canción final, de la hija, en el escenario, ... y las lágrimas.