lunes, 2 de enero de 2012

Llegó.


Ya está aquí el nuevo año y ya he escrito mal tres veces la fecha. Es lo que tiene. Hasta que te acostumbras a la nueva cifra... pasan unos días. Pero, no pasa nada. Lo importante es que he empezado el año con muchos y muy buenos propósitos (veremos cuánto me dura).
Una de mis intenciones es dejar de ser tan quejica. Sí, amigas, ayer me di cuenta de que me quejo mucho. Mucho y muchas veces de la misma cosa. Se acabó. En el 2012 me voy a quejar menos y de menos cosas. Una queja por problema y ya está. ¡Qué me van a llamar pesada!. Además quejarse no es la solución a los problemas. Solamente los retrasa para más adelante. Y eso es una bobada. Si hay un asunto que arreglar, se arregla y a otra cosa. Y si no tiene solución, te aguantas.

Aquí queda uno de mis propósitos para este 2012. He pensado que si lo hago público será más difícil faltar a mi palabra. Si me oís alguna protesta, decidme: ¡Alto! ...
(Muchas gracias por vuestra colaboración.)

Y si te pasa como a mí, puedes dejar aquí tu queja.
Un beso. mjo

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