lunes, 17 de febrero de 2014

Toallas al viento.


Me dicen por aquí que eso que ahora se empeñan en llamar ciclogénesis explosiva no quiere decir otra cosa que ... vamos a tener un tiempo de perros. Pues sí, posiblemente lo tendremos de nuevo, pero hoy ha salido el sol y nuestro deber es agradecerlo. Tampoco aprieta mucho, por lo tanto no es (para nada) molesto. Si hiciera algo menos de viento...

Y en eso estaba pensando yo, en el viento de la semana pasada, que se llevó tres toallas (nada más y nada menos) del colgador de nuestro balcón que da al sur. Tres. Dos azules y una marfil. Sí. Una lástima. Pero, cuando ya las daba yo por perdidas, y me estaba imaginando comprando sustitutas, han aparecido una a una en la barandilla de nuestro ascensor. Las tres, las dos azules y la marfil. No sé dónde llegaron en su vuelo sin motor, ni sé cuantos días han pasado fuera, pero aquí están otra vez, igualitas, limpias, tan solo algo arrugadas, imagino que por la postura encontrada en la caída. Alguna terraza, alguna jardinera, habrá visto sus sueños. Ya estáis en casa, chicas. Otra vez a la lavadora. (Programa muy largo)

Las daba por perdidas, sí, como a otras muchas cosas, pero algunas se pierden, y otras (siempre) vuelven.

Un beso grande de tarde con luz. mjo

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