martes, 11 de julio de 2017

El capote de San Fermín


El capote, la virgen y un porrón de Santos. Hay que ver la suerte que tienen algunas personas en los encierros. Diez rosarios le rezaba yo a quien fuera por salvarme después de los revolcones que estoy viendo, retransmitido, cada mañana. Sinceramente creo que es la bondad de los toros grandes esos; que corren y corren y no les da por mirar de lado y meterte el cuerno, bien hondo, por el costado. Milagro, milagro.

Carreras bonitas, muchísima gente y una cosa buena: no han repetido este año eso de poner un controlador de ritmos cardiacos a los corredores. Aquello fue un poco desastre: corredor con aparato, corredor que no hacía carrera. (Y digo corredor porque no vi que se lo pusieran a ninguna corredora)

Un beso de pañuelo rojo. mjo

Nota: Al chico del blusón negro, un especial saludo.

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