martes, 2 de octubre de 2018

Manos libres


Sé de sobra que no se pueden utilizar los teléfonos móviles mientras conduces. Aunque se usan. Y sé que hay quien tiene algún aparatito que se introduce en la oreja, con un cable con micro para hablar y que se puede utilizar andando, corriendo, y conduciendo. Hasta aquí me sigues ¿verdad? Mi problema surge cuando me llaman aprovechando los trayectos entre el trabajo y la escuela, o entre la casa y Hacienda, o realizando cualquier otra distancia corta, larga o indefinida. ¿Qué pasa? Que no les entiendo ni jota, que no oigo, que no me entero de qué me están hablando y que me quedo tonta. Y a veces me lanzo y digo: Perdona, no te oigo. Disculpa, escucho tu voz muy lejos. Y entonces hacen algo y parece que les oyes mejor, pero dura poco la cosa, al de dos palabras vuelves a sentir que del aparato sale aire entre hojas secas de roble y vuelves a quedarte en blanco y con la boca abierta. 

Sé que el tiempo escasea y que vivimos en una sociedad en la que hay que aprovechar cada momento, pero yo te agradecería, que cuando agarres el coche, ... guardes el móvil, al menos, para hablar conmigo, que con el manos libres, la ventanilla bajada y la radio encendida,... no me entero de nada. Lo siento.

Un beso de trompetilla de vieja. mjo 

Nota: Y si llevan el GPS encendido ya ni te cuento.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ciao Bella,

En Durango, al heladería que está detras de la Plaza de Santana no cierra y están tremmmmeeeeendoooos.

Un grande baccio

marieta soul dijo...

¡¡¡Sí, es verdad!!!! Cuando tenga mono de helado rico, me voy a tu pueblo un rato.
Un besote. mjo

Anónimo dijo...

Me avisas ;)A mi el de café y chocolate-chocalate
Un bacchio, Linda
Fátima