"La luz de la lámpara de opalina verde parpadeaba inquieta con cada descarga eléctrica. Los acordes languidecieron al irrumpir un nuevo mensaje en el buzón electrónico. Martín se acercó al escritorio de caoba y consultó expectante el portátil. La luz del ordenador iluminó su rostro, miró el remitente y en su boca se dibujó una sonrisa, clicó la línea en negrita y el mensaje ocupó la pantalla por completo. Busco sus lentes, bajo el volumen de la música buscando el silencio y se sentó."
Así va la novela Praga. By A. E. y M
No tiene pinta de terminar ni este año, ni el que viene, ni el siguiente. Cada una, más cauta que la anterior, no hace nada por ir al grano y andamos dando pistas al aire, con la alegría de las alas de una golondrina. Y yo, tramposa como soy por vocación y divertimento, escribo menos que ellas, esperando que den el salto y sean valientes.
Un beso de domingo y pinos. mjo
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