sábado, 24 de agosto de 2013

Negras.


Llevaban más de seis veranos conmigo. Me gustaban, eran bonitas y cómodas. Poco apropiadas para jugar a palas. Lo supe tarde. Creo que las he roto. Si no están muertas del todo, al menos sí malheridas. Ay, mis clancas negras. Con el cariño que les tenía. He comprado otras. Mucho más modernas. Algo más troteras. Poco a poco me iré despidiendo de las viejas y aceptando las nuevas. La vida pasa, el verano pasa, y no vamos a parar por un pequeño accidente así, ¿verdad?

Un beso grande. mjo

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