Desde el miércoles sin escribir, y es que a veces las palabras no salen fáciles. No tenía yo bien el alma para escribir. Y es que cuando una amiga sufre, tú sufres con ella. La impotencia te arrastra y sabes que nada de lo que digas sirve. Nada consuela. Nada alivia. Nada. La vida sigue. Y no te quede otra que ordenar tus cosas y con ellas, tu cabeza. Notas que faltan piezas, que no recuerdas, que no te enteras. Tiempo. Sólo tiempo. Y el dolor afloja. Somos tan frágiles como la vida misma, que está aquí y de pronto desaparece. No entiendes lo que digo, no importa. Luego hablamos otra vez de libros. En la próxima.
Un beso de tristeza. mjo
1 comentario:
Hola Amiga:
Pero yo sí entiendo lo que dices. Efectivamente es tiempo lo que hace falta, no hay otra receta. Ya estoy más tranquila, ya lo asumo algo mejor, y avoy caminando hacia adelante como puedo.
Gracias por todo. Solo estoy en desacuerdo con una cosa d eloq ue dices: no es cierto qeu nada sierva, a mí me ha servido y mucho teneros cerca física o figuradamente. Así que gracias otra vez.
Un beso agradecido
Fátima
Publicar un comentario