miércoles, 20 de junio de 2018

Divergente, la película


Tiene que ser cosa de la edad. No cabe otra explicación. A mí esto no me pasaba antes. Unido al paso de los años veo, sin dificultad, una directa relación entre el dolor de huesos, el aumento de diotrias o la aparición de traidoras arrugas donde nunca esperaba tener arrugas, sí. Pero que a una le cambien tanto los gustos que acabe a la 1 de la madrugada viendo una película de esas que dibujan un supuesto futuro donde la sociedad se divide en grupos para evitar posibles rebeliones (con b, amiga R) y con ellas la desaparición de la existencia.... no, eso no. Yo antes no. Yo antes nunca, no. Y ahora, entre Divergente, o Al fino del mañana... vivo sin vivir en mí de puro sorprendida que me siento. Creo que debería hablar de esto con alguien. Muy seriamente.

Bueno, mientras me dan audiencia, voy a ver si localizo el DVD de Insurgente y de Leal. Que Divergente me ha dejado con las ganas de más. (Socorro)

Un beso distópico. mjo

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