domingo, 19 de enero de 2020

Una tos con patas


Harta de ya malestares varios voy a tener que buscarme una buena bruja, - buena y bruja en la misma frase suena raro, soy consciente, pero no pasa nada, siempre podemos culpar a la falta de oxigenación, -... ¿qué decía yo? Ah sí, que me voy a buscar una bruja que me haga algún sortilegio que acabe con mis reiterativos males y aplaque mi necesidad de tos aún en los momentos menos adecuados. Ayer fuimos al cine, lo dos, sí, a la vez. Y me vi en la obligación de llenar mis bolsillos con gominolas de naranja, propoleo y miel para evitar un ataque repentino y desaforado que acabase con la filmación y la salud de las personas más allegadas (allegadas por cercanía, que no por parentesco) Socorro una y mil veces cada vez que me viene de dentro. Es como un volcán que amenaza con un picor que me corta hasta la respiración. No puedo más, no quiero más. Sé que hay virus y más virus y otra vez virus, pero es que todos se han venido a vivir a mi cuerpo y empieza a parecerme muy poco justo. 

Un beso de congestión y dolor costal. mjo

4 comentarios:

Gontzal dijo...

Has probado con el agua? Llámame loco pero a veces funciona! Una cosa loca.

Anónimo dijo...

Y la cebolla en la mesilla?

marieta soul dijo...

¡¡Gontzal!! Claro que he probado con el agua. Litros y litros. Pero no basta.
Loca, loca la cosa.

marieta soul dijo...

Y la cebolla en la mesilla también, el problema es que estaría mal visto ir con una mesilla y una cebolla caminando por la vida. Que de día también tengo tos.