"Las madres de mi barrio no abrazan a sus hijos muertos como las vírgenes en las piedades renacentistas. Lo hacían volcadas sobre los cuerpos, a gritos, despeinadas, con los ojos hinchados y babeando. Cubriendo a sus criaturas como podían, arropándoles como bestias desesperadas, llamándoles hasta dejarse la voz en la acera, clavándoles las uñas en la carne, yéndose con ellos de alguna manera."
La mala costumbre
Alana S. Portero
Si este párrafo no te gusta, no leas este libro.
A veces la lectura es cosa de valientes.
Un beso de cielos rojos, azules y violetas. mjo
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