sábado, 9 de marzo de 2019

Por ellas


"Tenía el nombre de Belisa Crepusculario, por no por fe de bautismo o acierto de su madre, sino porque ella misma lo buscó hasta encontrarlo y se vistió con él. Su oficio era vender palabras." 

"Hasta que cumplió doce años no tuvo otra ocupación ni virtud que sobrevivir al hambre y la fatiga de siglos. Durante una interminable sequía le tocó enterrar a cuatro hermanos menores y cuando comprendió que llegaba su turno, decidió echar a andar por las llanuras en dirección al mar, a ver si en el viaje lograba burlar a la muerte."

Dos palabras. Isabel Allende

Ayer fue un día importante. El día de la mujer. Hicieras lo que hicieras, estuvieras donde estuvieras, mujer, era tu día. 

Los medios, desde tempranas horas, proclamaban la toma de calles y plazas. Analizaban, debatían, recordaban. Datos y más datos, encuestas, declaraciones, canciones. 

En el 8M las mujeres se concentran, se manifiestan, piden con una huelga, los derechos que (por derecho) nos pertenecen. Piden igualdad. Piden espacio. Piden respeto. Emociona ver las imágenes. Multitudinarias muestras de solidaridad, de unión y de amistad. 

Yo pensaba ayer (no pude evitarlo) en las mujeres que (por unos motivos u otros) no pudieron salir a las calles a gritar también y a reír o llorar si cabe. Pensaba en las mujeres que podrían, en esos momentos, estar dando a luz una criatura, en las mujeres solas que cuidan de menores dependientes o de mayores enfermos, pensaba en las mujeres que no se atreven a declararse en huelga por miedo a perder su trabajo, en mujeres que no pueden salir de casa porque están heridas o enfermas, o en las mujeres presas de una dictadura machista. Pensé en mujeres que no se plantean muchas de las cosas que significa la igualdad simplemente porque no pueden. Si supiera rezar,...

Un beso de 9M, porque todos los días hay que ser feminista. mjo

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